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[VIDEO] Las exigencias de Raúl como entrenador del Castilla

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La imagen se repite en cada partido del Castilla. Los jugadores bajan del autocar, ya sea en el Di Stéfano o a domicilio, con uniforme completo, algo que a la vista del aficionado medio no llama la atención. Pero si se compara por ejemplo con el primer equipo, saltan las diferencias.

«Todos los futbolistas llevan la misma mochila, las mismas zapatillas… y ni rastro de neceseres o cascos. Ni de móviles en la mano. Así es el Raúl entrenador: uniforme, sin lujos, disciplina, ‘coaching’…», según el diario Marca.

Es una de las normas impuestas por Raúl antes de comenzar la temporada oficial.

«No se puede ir a jugar a Las Rozas con mochilas de Louis Vuitton de 600 euros, ni con auriculares caros», les espetó en una reunión en la que les quedó claro a los jugadores que nada de zapatillas o mochilas de marcas personales. «Todos con la ropa que facilita el club. Incluidas zapatillas».

Normas contra el glamour y el divismo en el que fácilmente pueden caer los jugadores del filial del Madrid, cuyos sueldos e instalaciones están por encima de una categoría como la Segunda B.

Las reglas de Raúl en Castilla

El entrenador afronta el parón navideño en la zona media baja de la clasificación, 22 puntos en 17 partidos, una jornada menos por la suspensión de su último encuentro contra el Celta B.

Son más de cinco meses en los que ya ha calado su mensaje. Responsabilidad, humildad, respeto, sacrificio, equipo. Raúl estipuló que los jugadores tienen que estar hora y cuarto antes en Valdebebas para entrenar.

«Pero si no estáis hora y media antes, para mí es como si llegarais tarde». El compromiso a través de la disciplina. Las multas están claras. Que a nadie se le ocurra llegar un minuto tarde al autobús, porque ya se habrá ido.

Su látigo sorprende incluso en el vestuario del primer equipo. En algún partido de los parones de selecciones que se juegan contra el Castilla, como pierdan ellos, les pone a correr, dando vueltas al campo, comentan desde arriba.

Saben bien en el vestuario esa norma, a fuerza de sufrirla cuando no se ejercitan adecuadamente o están en el equipo perdedor de los partidillos.

Trabajo y más trabajo

Otra de sus líneas maestras son las dobles sesiones, que en un momento puntual desaparecieron, quizás para evitar más lesiones, pero que finalmente se mantienen cada semana, normalmente los miércoles.

La carga de entrenamientos se ha cobrado alguna víctima, dada la poca costumbre de afrontar dobles entrenamientos. Pero Raúl se ha mantenido firme en ellas.

En lo puramente futbolístico, Raúl cuenta con una generación sin grandes talentos, muy joven, lejos del nivel de otros Castilla que pelearon el ascenso o incluso llegaron a Segunda.

Sin Kubo ni Rodrygo, que se perfilaban como soluciones puntuales pero cuya participación se resume en dos partidos del brasileño, Raúl ha tenido que apañarse, apoyado en el Juvenil A, pero fiel a su idea.

«Hay que cuidarla», pide a sus jugadores, que sean conscientes de que un equipo del Real Madrid tiene que ser protagonista, pero a la vez trabajando aspectos que tienen que ver más con la experiencia, como no regalar ocasiones, saber cerrar partidos, manejar tiempos… En lo que coinciden es en una característica: «Es muy exigente».

Quizás les sorprenda a sus jugadores, nacidos del 97 en adelante. Raúl se fue del Madrid en 2010, demasiado pronto para que sus futbolistas le conocieran en toda su dimensión «No saben quién es Raúl», repiten en Valdebebas, aludiendo no al entrenador, sino a la leyenda, a todo lo que supuso y aún supone su figura. Pero ya lo están descubriendo.

A quien no les ha pillado de nuevo es a los trabajadores y entrenadores de La Fábrica, ya desde su llegada hace dos temporadas, cuando pasó el primer año buscando su sitio, antes de saltar al Cadete A en el segundo. Un Raúl entregado, conocedor de todos los jugadores de la cadena de filiales, a los que se dirigía por su nombre en los pasillos, sabedor de resultados y rendimiento.

No a un documental

Y un Raúl que, como cuando era jugador, regatea focos y alfombras rojas. Valga esta anécdota de la temporada pasada como ejemplo: Una conocida productora de contenidos quiso filmar un documental de cómo se trabaja en La Fábrica, contando el día a día de dos entrenadores, dos jugadores y otro trabajador que no perteneciera a ningún equipo.

Se convocó una reunión en Valdebebas con todos los entrenadores para presentar el proyecto y poner en común dudas y comentarios. Se daba por hecho, sin haberse comunicado, que los dos entrenadores seleccionados serían Xabi Alonso y Raúl.

El propio Xabi preguntó si se grabaría en los vestuarios, con lo que no estaba de acuerdo. Y cuando la reunión estaba tocando a su fin, Raúl levantó la mano y dijo que él no iba a participar y que arriba ya lo sabían. El proyecto se fue a la nevera.

La motivación, una preocupación para Raúl

Otro de los factores que preocupan al Raúl entrenador es la motivación desde el punto de vista del coaching. En el primer año de su vuelta al Madrid, el club le costeó un Máster de coaching deportivo junto con su amigo íntimo y mano derecha de Zidane en el vestuario Javier García-Coll, que ahora precisamente se ocupa de esta parcela en el primer equipo.

El propio García-Coll ha dado ya dos charlas al Castilla, una al inicio de temporada y otra más reciente, cuando los resultados no estaban siendo buenos. También ha habido espacio para hacer grupo lejos de Valdebebas, con una tarde de karts. Ese día, Raúl fue uno más y también participó.

En definitiva, Raúl ya ha impuesto su ley. Uniforme, sin lujos, disciplina, ‘coaching’ y ‘caña’, siendo protagonistas con el balón y priorizando el crecimiento de un equipo muy joven, que con el tiempo ya sí sabe quién de verdad es Raúl, al que ven en el club con muy buenos ojos para un horizonte ni muy cercano… ni muy lejano.

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