El fútbol chileno reciente puede ufanarse porque en sus vitrinas hoy existan trofeos que resaltan su progresión. Sin embargo, en el ideario colectivo aún permanece un hecho gris que manchó por mucho tiempo la pelota de La Roja: el conocido caso del Condor Rojas.
Era el año de 1989, un 3 de septiembre; para ser más específicos, cuando brasileños y chilenos tenían que avivar un duelo decisivo para clasificar al Mundial de Italia 90’. Aquel era el partido de vuelta, tras el 1-1 que ambas escuadras habían protagonizado días antes en Santiago de Chile.
Esta vez el epicentro de la batalla fue el popular Maracaná, recinto que en el transcurso de la disputa vio cómo en el minuto 65’ de partido, el portero de La Roja, Roberto Rojas, cayó al suelo muy cerca de una bengala encendida; aduciendo un golpe en su rostro.
Aquello paralizó el compromiso y, con ello, el corazón de millones de seguidores del deporte rey. Había un portero en el suelo, una bengala encendida muy cerca de él, una selección chilena enguerreada con el árbitro y un asunto dando pasos agigantados a un nivel superior.
El encuentro sería suspendido, una vez que los jugadores de La Roja abandonaran el terreno de juego argumentando falta de garantías en seguridad con lo que se estaba viviendo.
Con todo eso, la prensa y un país compró la versión de Rojas, quien expresó, en primer momento, que lo arrojado impactó en su rostro. A pesar de ello, ese castillo de naipes luego se derrumbaría y saldría a la luz que la bengala nunca impactó en su humanidad y que todo había sido un montaje de la selección chilena.
Un protagonista 30 años después
Han pasado 30 años y la historia del Cóndor sigue viva. Juan Carlos Loustau, el árbitro que impartió justicia en aquel compromiso, sigue recordando cada secuencia de imagen sobre aquella postal.
“Se trató de engañar al pueblo chileno con que Rojas había sido agredido premeditadamente. Se trató de engañar al periodismo cuando en realidad había sido una escena montada. Rojas lo reconoce con el paso del tiempo y se arrepiente de haber hecho lo que hizo y entonces vos te frustrás como árbitro”, dijo Loustau.
El argentino, además, recuerda que en caliente jamás pensó que todo aquello iba a desembocar en lo que vivió.
“Nunca lo pensé. Yo te puedo asegurar que tuve partidos muchísimo más complicados que ese, pero la trascendencia que tuvo Chile-Brasil en el Maracaná es lo que la gente más recuerda”, apuntó el juez principal.
Hora de reconocerlo
Meses después de todo aquel vaivén en la opinión pública, de un devenir que impidió a Chile participar en las eliminatorias para el Mundial de Estados Unidos en 1994, Rojas reconoció cada hecho ocurrido aquel domingo en la alfombra de grama.
El portero concedió una entrevista para el programa del Canal 13 chileno Éxito y allí soltó detalles de la actuación, una que se forjó con una cuchilla guardada en su guante, que utilizó para cortar la zona de su frente.
Incluso, en la entrevista, el Condor admitió que todo aquel episodio lo había orquestado días previos con el otro capitán del seleccionado, Fernando Astengo, y que la misión era provocar la suspensión del partido y la clasificación de Chile a aquella contienda mundialista.
Así pues, 30 años han pasado y versiones sobre el Cóndor Rojas siguen sumándose a este acontecimiento. Uno que está enmarcado en las páginas más tristes y polémicas del balompié mundial.
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