No todos los outs significan tristeza, algunos causan satisfacción y, por más extraño que parezca, es un sentimiento producido en el pecho del propio bateador. Esos extraños turnos fallidos, que resultan ser un final feliz, solo se ven en el marco de algo glorioso y ese es precisamente el caso de la última aparición de la ronda regular para José Altuve.
Con un rolling a la tercera base, el camarero de los Astros de Houston le puso fin a su temporada de 153 juegos. Ser dominado no afectó el título de bateo que ya había asegurado la noche anterior. Para disfrutar más el momento y hacérselo saber a quienes todavía no se habían dado cuenta, el manager A. J. Hinch lo sacó del juego. Las felicitaciones de los compañeros siderales a Altuve inundaron el dugout del Fenway Park, hogar de los Medias Rojas de Boston.
A pesar de que el cetro de los paleadores de la Liga Americana ya tenía grabado su nombre y apellido, el último careo de la ronda regular sirvió para definir su promedio: .346. Con ese guarismo la historia registrará el tercer título de bateadores para el maracayero, el cuarto en las últimas tres temporadas.
Es allí donde radica lo extraordinario de lo que ha hecho Altuve –quien apenas cuenta con 27 años de edad–, ya que en casi 150 años de historia solo 25 hombres habían logrado 3 o más títulos de bateo en su carrera. Con el segunda base, la lista aumentó a 26. Ahora posee la misma cantidad de cetros que legendarios bateadores como George Brett, Nap Lajoie, Pete Rose, Tony Oliva y Carl Yastrzemski.
Si la relación con leyendas ya puede sorprender, también causa impacto la supremacía mostrada por Altuve frente a sus contemporáneos. Solo dos hombres le pueden pavonear que tienen la misma cantidad de títulos o más: Miguel Cabrera con cinco y Joe Mauer con tres. Ningún otro jugador activo.
Si se compara con sus otros lideratos de bateo, el actual tiene una ventaja clara. Su promedio es superior al .341 que logró en 2014 y mucho mayor que el .338 de la zafra anterior. Para que la campaña que acaba de terminar haya alcanzado una magnitud más grande que las pasadas, el mes de julio fue determinante. En el lapso bateó para .485 en 99 turnos legales. La producción le valió ganarse el Jugador del Mes de la Americana y la instalación en el tope de los bateadores del circuito.
Si la carrera por el título de bateo hubiese tenido un retrovisor, Altuve siempre hubiese visto a su compatriota Avisaíl García atrás. El jardinero de los Medias Blancas de Chicago culminó la campaña con .330 de promedio. Aunque todas las coronas de laurel van para el camarero, ambos lograron algo bastante inusual: integraron la segunda dupla venezolana que culmina 1 y 2 en el campeonato de paleadores. La primera vez fue en 2014, con el mismo Altuve y Víctor Martínez.
El out de ayer en Boston resultó más satisfactorio porque no decretó el final del año de Altuve. Irá a las Series Divisionales, contra los Medias Rojas, y varios premios parecen acercarse a él; el más importante es el Jugador Más Valioso de la Americana.
EL DATO
Con el final de la ronda regular se cumplieron ocho campañas consecutivas con un venezolano entre los líderes de bateadores de las Grandes Ligas. La seguidilla empezó en 2010, con Carlos González. En el lapso Miguel Cabrera ha ganado cuatro cetros y Altuve tres.