La presente campaña del baloncesto estadounidense está siendo tanto productiva como fructífera para Derrick Rose, que hasta hace menos de un año coqueteaba con el fantasma del retiro.
Las lesiones han sido un tormento para quien fuese el jugador más joven en la historia de la NBA en hacerse con un MVP.
Y como aconteció la temporada pasada defendiendo los colores de los Timberwolves, donde el joven de 31 años de edad disfrutó de una temporada sin contratiempos.
Los Pistón, que confiaron en el talento del piloto, están viviendo cómo con un buen juego en el tabloncillo retribuye la confianza que la institución depositó en él.
Fue capital para la victoria de su equipo en la cancha de los New Orleans Pelicans, por 103-105, con un canastón que deshizo el empate en el marcador cuando faltaba 0,8 segundos para la conclusión y después de superar a un buen defensor como Jrue Holiday.
Rose se está destacando por partidos con números que afianzan los récords y hazañas alcanzadas y el porqué sigue siendo tomado en cuenta en el baloncesto de la NBA.
Por encuentro va de 16.1 puntos, 2.1 rebotes y 5.8 asistencias saliendo desde el banquillo.
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La euforia de renacer
El piloto, al finalizar el encuentro, no pudo contener su euforia: «He nacido para hacer esto», declaró el base que anotó 17 de sus 21 puntos en el último cuarto, además de repartir siete asistencias a lo largo del partido.
Está haciendo el ex de Bulls una buena temporada en su primer año en los Pistons y, de vez en cuando, ofrece una actuación sobresaliente y decide partidos.
Rose ha jugado 19 partidos en este comienzo de temporada, en los que ha promediado 16,1 puntos y 5,8 asistencias jugando solo 23,7 minutos. Enorme productividad procedente de un superclase.
Pasado por superar
Las lesiones no solo pasan factura en el cuerpo de cualquier atleta, sino que también afectan la mente de ellos.
Por eso es de celebrar cuando estos problemas físicos son superados por aquellos que están llamados a ser estrellas en cualquier disciplina.
Hay que hacer un aparte con el base armador, Derrick Rose, quien ahora defiende la camiseta de los Piston de Detroit, y es que pocos jugadores son tan propensos a lesionarse como él; este joven vive más tiempo en recuperación que en un tabloncillo.
En los últimos seis años ha pasado por Chicago, New York y Cleveland, y en todos ha estado con diferentes problemas de lesiones. En las últimas seis campañas ha jugado 210 partidos de 457 posibles.