FC Barcelona y Real Madrid esperan con ganas este sábado un Clásico atípico sin magia y sin alma de duelo de máxima rivalidad por culpa de la pandemia. No obstante estará pendiente, seguro, de un partido que intentará hacer recuperar la alegría a algunos.
Puede que el Clásico bata récords de audiencia en el mundo, sí, pero será distinto. Misma atención, mismo focos, pero sin público, ni magia. Y con dos equipos que llegan luego de perder en LaLiga, después de vivir veranos movidos, cuanto menos, y con mucha incertidumbre.
Llega el Real Madrid al feudo rival con dos derrotas consecutivas, una en LaLiga ante el recién ascendido Cádiz y otra en su estreno en la Liga de Campeones, donde reina en el palmarés pero cayó en casa ante un Shakhtar Donetsk plagado de bajas.
El FC Barcelona tampoco está para tirar cohetes, con el empate ante el Sevilla FC en casa y la derrota en el Coliseum Alfonso Pérez ante el Getafe CF. Pero, por lo menos se desquitó de todo ello y espantó sus males ante el Ferencváros (5-1) en su goleador estreno europeo.
Ambos necesitan recuperar la alegría, el mejor tono, para encarar la recta final de 2020, año que ha tenido de todo. El Barça casi pierde en verano a Leo Messi, su estrella y buque insignia. Se quedó, a regañadientes, y perdió amistades, y aún así sigue liderando al grupo con ayuda, eso sí, de un Ansu Fati que hace que brillen los ojos de muchos culés.
Con un Antoine Griezmann que a estas alturas no tiene ni la titularidad asegurada, aciago de cara a gol e incapaz de encontrar su sitio en el campo, como no lo hizo previamente con Valverde ni Setién, Ansu es la esperanza. También Pedri o Trincao, gente fresca y joven que ha venido al Barça a dar que hablar, y en positivo.
Lo cierto es que el galo también anhela recuperar esa alegría, esa que le hacía celebrar goles imitando bailes del conocido Fortnite. Messi, que siempre antepone su hambre de gol y buen fútbol a los problemas, luchará como quien más para ganar. También Gerard Piqué, tras dar palos a la Junta Directiva por el trato a Messi y por la forma en que quiere bajar el sueldo a la plantilla.
Y el central catalán no ha hecho más que aportar luz a un tema oscuro, donde el club explica poca cosa y los jugadores avanzan de burofax en burofax. Como el que envió Messi para provocar más de un ataque al corazón a los culés, pidiendo su salida. Pero eso, todo eso, puede quedar aparcado, que no olvidado, con la victoria en este Clásico.
El Real Madrid también tiene conflictos
El Real Madrid tampoco tiene sus aguas calmadas. En el entorno blanco incluso se habló esta semana de Raúl González como posible alternativa a Zinédine Zidane. El técnico blanco, quien ha sacado lo mejor del Madrid en los últimos años, ahora está cuestionado. Se dudan de sus decisiones extrañas en este curso, y ello agudizado con las dos últimas derrotas. Ganar este sábado, pues, sería bálsamo. Sería encontrar una pepita de oro en un río revuelto.
Para tranquilidad de Zidane, él mismo confirmó que Sergio Ramos, que se perdió por molestias en la rodilla el partido de Champions ante el Shakhtar Donetsk, está recuperado para el Clásico. «Sergio es nuestro capitán y nuestro líder y no vamos a arriesgar nada. Se trata de estar al cien por cien, y Sergio ya lo está», apuntó.
Recupera también efectivos Ronald Koeman. El héroe de Wembley en 1992, quien con su zapatazo dio la primera Copa de Europa al Barça, y que vivió muchos Clásicos como jugador, se estrena ahora como entrenador y quiere hacerlo con triunfo. Ganó su primer Clásico con las botas puestas, quiere repetir con el traje y desde la banda.
Vuelve Jordi Alba para intentar hacerle más fácil la tarea. Sin el portero Marc-André Ter Stegen, que luchó por recuperarse pero no lo logró, ni Umtiti ni Matheus, el resto del grupo está listo. La duda es saber si Griezmann será titular o si Trincao, Pedri o Sergi Roberto ocupan su lugar. Pocas más dudas hay, y empieza la cuenta atrás para saber de qué lado volverá la alegría.
La casa de apuestas betfair da como favorito al Barcelona, cuya victoria cotiza a 2,05 por euro apostado. Mientras que el triunfo del Real Madrid en la Ciudad Condal se paga 3,5 a 1. El empate se paga a 3,7 euros por cada euro apostado.
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