El austríaco Dominic Thiem, quinto jugador del ranking mundial, apartó al español Rafael Nadal de su duodécima final en el Barcelona Open Banc Sabadell-Trofeo Conde de Godó al derrotarle, con una gran exhibición, con un doble 6-4, en 2 horas y 4 minutos.
El gran partido de Thiem le convierte en el cuarto jugador que gana al «rey de la arcilla» en la capital catalana, después de los españoles Alex Corretja (2003), Nicolás Almagro (2014) y el italiano Fabio Fognini (2015).
Nadal empezó el partido con una doble falta y con otra regaló su saque en el quinto juego del primer set. Toda una premonición. Sin embargo, entre una y otra, el segundo jugador del ranking mundial había exhibido un repertorio interesante, un par de golpes ganadores con el revés cruzado y algún desconcertante error. Capaz de lo mejor y lo peor en esos juegos iniciales, Thiem decidió dejar hacer a su rival y esperar su oportunidad y, cuando llegó en ese quinto juego, dio un paso adelante para empezar a dominar el partido con claridad.
El austríaco no es uno de esos jugadores a los que le guste esperar. Rompió el saque de Nadal, ganó el suyo en blanco con exultante autoridad y dispuso de otras cuatro bolas de rotura para ponerse 5-2. El once veces campeón del Godó las salvó todas, sobreviviendo al bombardeo de Thiem, con su afilada derecha y con su demoledor revés a una mano, que hoy parecían tener un imán para las líneas.
Pero a Nadal, que acababa de salvar milagrosamente su saque, no le entraba el primer servicio –cometió cinco doble faltas durante el partido–, el revés se le quedaba siempre en la red y al resto no lograba crearse ninguna oportunidad para robarle el servicio a su adversario. Ni una sola bola de rotura tuvo el balear en ese primer set, ante la quinta raqueta mundial, que se lo llevó por 6-4 en una intensa hora de juego.
Si el español se había quedado tras su partido de cuartos de final, que el alemán Jan-Lennard Struff no le había dado ritmo, hoy Thiem lo sometió a un ritmo infernal. El manacorense se marchaba a los vestuarios y, a los pocos minutos, salía a la pista jaleado por los 8.000 espectadores que abarrotaban la central. Casi pierde el primer juego con su saque, pero logró salvarlo con un par de derechas ganadoras y lo celebró, puño en alto, como si acabara de ganar el partido.
Nadal mantuvo su saque a la siguiente ocasión, pero volvió a perderlo de nuevo en el quinto juego. Thiem ganó en blanco el suyo para colocarse 4-2, para luego perder dos ocasiones más de «break» y colocarse 5-2. Un guion idéntico al primer set.
El vigente campeón del Godó estuvo a punto de alterar el desenlace de ese segundo parcial cuando, con 5-4, tuvo un 0-40 para recuperar el robo y alargar el set. Eran sus tres primeras y únicas bolas de rotura en todo el partido, pero Dominic Thiem, en el momento de más exigencia de todo el duelo, volvió a jugar un tenis de alto voltaje, al apretar al balear con buenos primeros y presionarlo en la red para cerrar el set, por 6-4, y su pase a la final.
El tercer cabeza de serie del Godó disputará mañana su segunda final en Barcelona –perdió la de 2017 con Rafa Nadal– ante el ruso Daniil Medvedev, 14 de la ATP y séptimo favorito del torneo, que este sábado derrotó al dos veces campeón, el japonés Kei Nishikori, en tres durísimos sets (6-3,3-6 y 7-5).