Roger Federer no se rinde. A los 37 años de edad sigue con hambre de victorias y este domingo, en la final del Masters 1000 de Miami, luchará por celebrar el título 101 de su más que destacada carrera.
Y lo hará ante un local, John Isner, el campeón defensor, con quien se ha enfrentado siete veces y a quien ha vencido en cinco de ellas.
Será la primera vez que choquen en cuatro años. En la última oportunidad, en el Rolex Paris Masters de 2015, Isner ganó en tres sets.
Pero esta será una nueva historia. En la cancha principal del Hard Rock Stadium de Miami Gardens, el suizo irá tras su cuarta corona en la cita de Miami (ganó en 2005, 2006 y 2017) y la número 28 en Masters 1000.
Lo hará cuando vive un buen momento. A pesar de que sufrió un poco en su primer compromiso en Miami, luego ha pedido solo seis juegos en cinco partidos.
En semifinales se impuso en un duelo generacional contra el canadiense Denis Shapovalov. Y tiene muy claro lo que puede esperar de su rival por el título este domingo.
“Definitivamente tiene uno de los servicios que básicamente no puedes descifrar. Es así de simple”, admitió Federer ante las agencias de noticias.
“Solo esperas que las estrellas se alineen, que elijas el lado correcto, que él elija el lado equivocado, tal vez pierda un servicio, que puedas ponerlo en situaciones incómodas una y otra vez, y al final de alguna manera encuentres la debilidad que te ayuda a ganarlo”, expresó.
Datos de la agencia Efe indican que Federer jugará su final 50 en Masters 1000 (27-22), mientras que Isner irá a su quinta (1-3). Y a pesar de estar en aparente desventaja, el estadounidense no se siente menos.
“Personalmente, creo que puedo ganar cualquier torneo en el que participe por lo consistente que puedo ser y por lo bien que en ocasiones haga mi saque”, aseguró. “No me sorprende que vuelva a ganar la final”.