El serbio Novak Djokovic, defensor del título y número uno del mundo, impidió la sorpresa y derrotó al español Roberto Bautista, por 6-2, 4-6, 6-3 y 6-2 para lograr su sexta final en Wimbledon, la segunda consecutiva.
Ya con seis apariciones en el último partido del torneo, Djokovic iguala con el sueco Bjorn Borg, el estadounidense Jimmy Connors y el australiano Rod Laver, este último presente este viernes en el palco de autoridades de la Central.
El serbio se enfrentará en la final con el ganador del choque que se disputará a continuación entre el español Rafael Nadal y el suizo Roger Federer, el duelo 40 entre ambos.
El serbio había perdido dos veces este año con Bautista, en las semifinales de Doha, donde el español ganó luego el título sin ceder un set, y en la tercera ronda del Masters 1.000 de Miami. Pero en su primer enfrentamiento sobre hierba, Djokovic tomó venganza al imponerse en dos horas y 49 minutos, aunque a la quinta bola de partido.
Bautista, que luchaba por convertirse en el sexto jugador en derrotar a Djokovic en una semifinal del Grand Slam, después de Federer, Nadal, el checo Tomas Berdych, el japonés Kei Nishikori y el austríaco Dominic Thiem, este último su verdugo en la penúltima ronda de Roland Garros hace cinco semanas, mostró que su tenis no ha aparecido en Wimbledon este año solo por casualidad.
El español sale del All England en el puesto 13 del mundo, aunque de haber ganado se hubiera situado octavo.
Djokovic salió muy seguro en el primer set, y con dos roturas, en el segundo y octavo juego, se hizo con esta manga en 37 minutos, aprovechándose en parte del nerviosismo inicial de Bautista.
Pero el español, con sus seis mejores amigos en la pista, tras suspender su despedida de soltero, programada en Ibiza esta semana, se rehizo en el segundo, demostrando que no fueron casualidades sus dos victorias ante el serbio esta temporada.
“Cuando a uno le han ganado dos veces, es que el juego del otro no le acaba de ir bien”, había adelantado a Efe en la víspera Toni Nadal. “Cuando Federer era el mejor y Rafael le ganaba es que el juego de Rafa no le iba bien. Pues lo mismo a Djokovic con Bautista”, había analizado.
Y cumpliendo esta premisa, el de Castellón serenó sus nervios y se mostró más seguro en la segunda manga, en la que acertó a romper en el tercer juego, y hacerse con ese parcial, sin ceder un solo punto de rotura.
Djokovic se vio obligado a abandonar el fondo de la pista y jugárselo todo en la red, donde conectó buenas voleas, pero donde prevaleció la regularidad de Bautista, que igualó el encuentro en 48 minutos, después de que el juego se hubiera suspendido (3-1) unos minutos debido a la indisposición de un espectador en la pista.
El bicampeón del Grand Slam Rod Laver, el actor y productor británico Hugh Grant, el ex futbolista inglés David Beckham, y el primer español que ganó Wimbledon, en 1966, Manolo Santana, se deleitaban en el palco con la primera semifinal masculina este año.
El rostro de Djokovic comenzaba a mostrar signos de desesperación. No se encontraba a gusto con el juego de Roberto, que le respondía desde el fondo con seguridad. Pero el serbio acertó a romper en el sexto juego (4-2).
A partir de ahí la lucha era por la estabilidad, y en el séptimo llegaron a disputar un punto con 45 golpes, como si la hierba de Wimbledon se hubiera transformado en la tierra de Roland Garros. Djokovic mantuvo su servicio y se apuntó el tercer set en 43 minutos.
Era cuestión de mantener la calma, y el servicio, y en el cuarto parcial Djokovic usaba todas sus armas para desbaratar la serenidad y el saque del español. Sus dejadas se multiplicaban y también las subidas a la red. El resultado, dos roturas más (tercer y quinto juego) y el serbio se despegó en el marcador hasta el 5-1.
Bautista no se quería ir de la Central, y lo demostró salvando hasta cuatro puntos de partido en el último juego, pero no el quinto, cuando «Nole» se aprovechó de un fallo de Bautista en la red. Alzó entonces los brazos “Nole”, después de haber estado intentando conectar con el público en todo momento, animándoles a que le llevasen con sus ánimos a la sexta final de su carrera.
Con esta victoria, con la que Djokovic se mantiene imbatido este año en hierba, logra su 25 semifinal de un Grand Slam, y el triunfo 71 en Wimbledon, el “major” en el que su tenis ha sido más productivo en partidos ganados, y el segundo en títulos, cuatro, a tres del Abierto de Australia, obtenido por el de Belgrado siete veces.
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