La Asociación de Tenis de Estados Unidos (USTA) propuso que el Masters 1000 de Cincinnati se juegue esta temporada en Nueva York poco antes del US Open, en un intento por asegurar la disputa de ambos torneos durante la pandemia de coronavirus , informó el diario The New York Times.
El matutino reportó que los circuitos masculino (ATP) y femenino (WTA) están estudiando la propuesta. En caso de ser aprobada, la medida permitiría a los tenistas extranjeros permanecer en un mismo lugar durante las dos competencias estadounidenses, y reducir así los riesgos de viajar en medio de la pandemia.
Este plan señala que el Masters 1000 de Cincinnati mantendría su fecha del 17 al 23 de agosto y sería la antesala de la clasificación del Abierto de Estados Unidos, que comenzaría el 31 del mismo mes. Ambos torneos se desarrollarían en el National Tennis Center Billie Jean King, la sede tradicional del US Open, en Flushing Meadows, y los jugadores permanecerían en entornos controlados frente a la amenaza del coronavirus.
La celebración del Abierto estadounidense generó incertidumbre desde la irrupción del covid-19 en el país, cuyo epicentro ha sido Nueva York. El mes pasado, la USTA dijo que estaba trabajando «agresivamente» en planes de contingencia para proteger a su torneo de Grand Slam del impacto de la pandemia, mientras reportes periodísticos señalaban que la sede del campeonato podía trasladarse a Florida o California. De todos modos, está previsto que la USTA tome una decisión final sobre el próximo US Open en los últimos días de junio.
El New York Times también señaló que persisten dudas entre muchos jugadores sobre la posibilidad de viajar a Nueva York para un torneo que probablemente se celebraría sin público en las tribunas.
La temporada pasada, el US Open convocó a 740.000 espectadores, un récord para el Grand Slam estadounidense, mientras que Roland Garros recibió a 520.000 personas. También se supo que los organizadores del US Open analizan el siguiente protocolo: jugarlo sin público, al mejor de 3 sets, sin modalidad de dobles ni de tenis adaptado, con lo cual se reduciría la cantidad de alcanzapelotas y de jueces de línea. Los jugadores se harían testeos diarios, viajarían con un solo acompañante y en vuelos privados de la organización, y estarían alojados en el mismo hotel. Al mismo tiempo, no se utilizarían los vestuarios de las canchas.
La expansión del nuevo coronavirus ha causado estragos en el calendario internacional del tenis, con los circuitos de la ATP y la WTA paralizados desde marzo. Roland Garros, otro torneo del Grand Slam, fue pospuesto a finales de septiembre, mientras que Wimbledon se canceló por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial.
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