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Steve Dalkowski «el lanzador “más rápido» falleció a los 80 años de edad

por El Nacional El Nacional

El beisbol vuelve a estar de luto tras conocerse que Steve Dalkowski, considerado por muchos como el lanzador “más rápido” que ha habido en el deporte, falleció esta semana.

Dalkowski, un zurdo demoledor, que según el legendario bateador Ted Williams no tenía rival a la hora de hacer los lanzamientos más rápidos, murió a los 80 años de edad, en su ciudad natal de New Britain (Connecticut).

A pesar de que llegó a ponchar a 24 bateadores rivales en un partido de Ligas Menores y también regaló 18 bases por bolas en un partido, Dalkowski, nunca dio el salto a las Grandes Ligas.

Aunque las pistolas de radar no estaban en uso a finales de la década de los años cincuenta, cuando estaba abriéndose paso en las menores, se calculó que su bola rápida viajaba a más de 170 kilómetros por hora (105mph).

El gerente de los Orioles de Baltimore, Cal Ripken Sr., llegó a establecer la velocidad de los lanzamientos de Dalkowski en 185 kilómetros por hora, y asegurando que lanzaba más fuerte que los miembros del Salón de la Fama Sandy Koufax y Nolan Ryan.

Dalkowski firmó un contrato de Ligas Menores con los Orioles en 1957. Tenía un estilo inusual de látigo, y sus lanzamientos eran tan salvajes como duros.

En su primer año Dalkowski lanzó 62 entradas, ponchó a 121 y caminó a otros 129 bateadores.

También tuvo 39 lanzamientos salvajes y ganó solo un partido. Terminó su carrera con récord perdedor de 46-80 y efectividad de 5.57.

Dalkowski abanicó a 1.396 bateadores y caminó a otros 1.354 en 995 entradas de trabajo sobre el montículo.

El escritor y director de cine Ron Shelton, que pasó cinco años en el sistema de las menores de los Orioles, escuchó sobre las hazañas de Dalkowski y basó al personaje de Nuke Laloosh en Bull Durham en el lanzador fallecido.

Shelton dice que Williams una vez enfrentó a Dalkowski y lo llamó “el más rápido”. Después de un lanzamiento, dice Shelton, Williams salió de la caja y dijo: “Nunca quiero enfrentarlo de nuevo”.

Dalkowski luchó contra el alcoholismo toda su vida. Cuando su carrera terminó en 1965, después de que extendió su brazo para hacer un toque, Dalkowski se convirtió en un trabajador tras mudarse a vivir en California.

“Tenía un récord interminable dentro de la comisaría de policía de Bakersfield, California”, escribió Shelton, “todas las peleas en el bar, nada serio”.

Se dedicaba a conducir los camiones al amanecer para recoger uvas con los trabajadores agrícolas inmigrantes del Condado de Kern, y finalmente tampoco pudo mantener ese empleo.

Dalkowski regresó a su hogar en Connecticut a mediados de los noventa y pasó gran parte del resto de su vida en un centro de atención, sufriendo de demencia inducida por el exceso de alcohol que había consumido.