La gimnasta estadounidense Simone Biles afirmó este miércoles ante un comité del Senado de Estados Unidos que no quiere que ningún otro joven atleta sufra el mismo horror que ella y cientos de gimnastas padecieron por los abusos de Larry Nassar cuando era el médico del equipo nacional de gimnasia.
«No quiero que ningún otro joven atleta olímpico o ningún otro individuo sufra el horror que yo y que otros cientos hemos soportado y continúan soportando hasta hoy«, manifestó Simone Biles, visiblemente emocionada, ante el comité judicial del Senado de Estados Unidos.
Ese comité del Senado quiere aclarar por qué la oficina del FBI en Indianápolis, donde tiene la sede la Federación de Gimnasia, respondió de manera inadecuada y lenta a las primeras acusaciones de abuso sexual contra Nassar. Esto le permitió al exmédico seguir cometiendo los abusos.
«Echo la culpa a Larry Nassar y también echo la culpa a todo el sistema que permitió y perpetró ese abuso. USA Gymnastics y el Comité Olímpico y Paralímpico Estadounidense sabían que estaba sufriendo abusos por parte del médico oficial del equipo», afirmó Biles.
La campeona olímpica también acusó al FBI de haber dado la espalda a las gimnastas al haber respondido de manera inadecuada y lenta.
Biles dijo que un sistema entero permitió y perpetró esos abusos contra ella y cientos de jóvenes, que por su edad ni siquiera sabían que Nassar estaba abusando de ellas.
Al inicio de su testimonio, Biles dijo que no podía imaginar un lugar que pudiera hacerla sentir más incómoda que precisamente la sala del comité del Senado donde se encontraba.
La investigación estancada
Un informe interno del Departamento de Justicia reveló en julio pasado graves errores dentro del FBI que hicieron que la investigación se quedara estancada durante más de ocho meses.
Cuando ese documento de 119 páginas se publicó, un grupo de senadores anunció una audiencia para investigar la respuesta del FBI y corregir los errores institucionales.
Nassar, quien usó su posición como médico para abusar de al menos 330 jóvenes, incluidas menores y también deportistas olímpicas, cumple condena de entre 40 y 175 años por esos hechos sumada a otra de 60 años por pornografía infantil, una cadena perpetua de facto.
Nassar recibió sus condenas entre diciembre de 2017 y febrero de 2018, en juicios que coincidieron con el estallido del movimiento #MeToo.