La rumana Simona Halep, decimoquinta del mundo, ganó este domingo el torneo WTA 1000 de Toronto al vencer en la final a la brasileña Beatriz Haddad Maia (24) por 6-3, 2-6, 6-3 en dos horas y 18 minutos de juego.
La rumana, de 30 años, ganó el Abierto de Canadá por tercera vez tras las ediciones de 2016 y 2018 y con la victoria de este domingo sumó su novena corona en torneos WTA 1000, siendo la tercera jugadora en alcanzar dicha cifra, detrás de Serena Williams (13) y la bielorrusa Victoria Azarenka (10).
Con su victoria en Toronto, Halep regresará este lunes al Top-10 del ranking femenino.
«Estuve allí durante muchos años, pero ahora siento que es un gran problema volver a estar entre las 10 primeras. Estoy muy contenta con esta actuación. Cuando comencé el año no tenía mucha confianza y me puse el objetivo de estar entre las diez primeras al final del año, y aquí estoy», dijo Halep.
«Es un momento muy especial. Lo disfrutaré. Me daré crédito. Solo estoy soñando por más», agregó la rumana.
La experiencia de Halep marcó la diferencia a la hora de batir a Haddad Maia.
«Estoy muy feliz de poder ganar también aquí. Aquí hay muchos rumanos y siempre vienen a apoyarme», dijo.
Dos veces ganadora de torneos de Grand Slam, Roland Garros de 2018 y Wimbledon de 2019, Halep alcanzó así el vigésimo cuarto título de su carrera.
Haddad Maia, de 26 años, había mostrado un excelente paso en Toronto al eliminar a la número uno mundial, la polaca Iga Swiatek, en octavos, luego a la suiza Belinda Bencic (12) y en semifinales a la checa Karolina Pliskova (14).
La brasileña, de 26 años, sumó pocos puntos en el ranking cuando salió del confinamiento por la pandemia y de su suspensión por dopaje hace dos años.
Su excelente presente este año, con títulos en torneos como Birmingham y Nottingham y la final en Toronto, la llevarán a meterse en el Top-20 del escalafón por primera vez.
Haddad Maia se convirtió también en la primera brasileña en llegar a la final de un WTA 1000 y la primera finalista zurda en el torneo canadiense desde Petra Kvitova en 2012.
«Fue un comienzo emotivo. No podía aguantar las emociones. No pude controlarme. Simona empezó a jugar mejor. Yo estaba tratando de ser más agresiva. Pero hoy Simona se lo merecía, jugó mejor que yo. Fue más valiente. A veces aprendemos, y hoy fue un día para aprender», subrayó la brasileña.
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