La seleccionadora de Italia de gimnasia femenina, Emanuela Maccarani, se defendió el martes de las acusaciones de malos tratos a las que se ha visto sometida en los últimos meses con varios testimonios de jóvenes gimnastas que relataron sus vivencias con la entrenadora italiana.
«Todas las acusaciones provienen de gimnastas que no llegaron a los Juegos Olímpicos», declaró en una entrevista en el Corriere della Sera.
«No he maltratado a nadie. Seguramente en casi treinta años habré cometido algunos errores. Si me equivocaba, los padres me lo hacían saber. Pero todos me piden que me quede», añadió la entrenadora de 56 años, seleccionadora desde hace 27 años (1996).
Maccarani recibió, el pasado 4 de enero, junto a su ayudante Olga Tishina, una notificación para ser juzgada por la justicia deportiva en el marco las investigaciones llevadas a cabo por la Fiscalía de la Federación de Gimnasia Italiana (FGI) por someter a vejaciones y malos tratos psicológicos a las integrantes del equipo nacional que entrenaban bajo sus órdenes.
«Espero que no me usen como chivo expiatorio porque, como todos, solo quiero responder por mis acciones. La opinión pública ahora me ve como la mala. ¿Cómo no va a echarme la Federación?», apuntó.
«Tienen que explicarme el motivo: ¿qué he hecho? ¿Y a quién? Hay una escuela, hay un método, llevamos veinte años ganando. La rítmica es un estado de ánimo, sacas las emociones, las sientes. Las gimnastas italianas son bellas, gráciles, armoniosas. Es algo imposible de falsificar», dijo.
Todo el escándalo se desató con las declaraciones de Nina Corradini y Anna Basta -entre otras- a finales del pasado año, dos jóvenes gimnastas que relataron el calvario y las humillaciones que vivieron durante sus entrenamientos.
«No encuentro ningún sentido a las acusaciones, pero entiendo que hay una nueva sensibilidad hacia la crítica del cuerpo, el acoso y la violencia verbal. Con las redes sociales, además, todo viaja más rápido», explicó la todavía seleccionadora de las ‘Farfalle’ (Mariposas).
«He leído frases idénticas en el escándalo de la gimnasia en Suiza y en Estados Unidos: cerdito, eres gordo… Frases que nunca he pronunciado. Veo una dirección mediática, ahora le toca el turno a la gimnasia rítmica. Y es justo ocuparse de ello, yo ya lo hacía bajo mi dirección técnica», señaló.
Maccarani habló concretamente de las palabras de Basta, una joven gimnasta que aseguró ser humillada por su peso y que abandonó la práctica en 2020.
«Anna Basta se fue en mayo de 2020. Nadie había notado su malestar. El problema no eran los kilos, era la técnica. A las olimpiadas iban cinco y ella era la sexta. Le dije: ‘Vete a casa, céntrate, volveremos a hablar’. Desapareció. Pero no es culpa de nadie. Anna ya no quería la gimnasia y llevó consigo el conflicto en la familia».
Maccarani, que cree «posible» la despidan independientemente de la presencia de una sentencia firme, aseguró que «como gimnasta no sufrí ningún tipo de acoso» y que su lema es «haz lo contrario de lo que has visto hacer mal».
Sobre la manera de dirigir un equipo, explicó: «Hay un sistema, no hay obsesiones. El peso es un método como en muchos otros deportes».
«Desde 2019, con la llegada de la dietista, todo ha cambiado: ya casi no se pesa y las niñas comen solas: trabajan 7-8 horas al día, si no comieran sería un problema», sentenció.