La protesta convocada por la plataforma anónima Tsunami Democràtic, un movimiento independentista catalán, apenas incidió en la disputa entre el FC Barcelona y el Real Madrid disputado hoy, si bien ha derivado en disturbios en la calle, donde grupos de radicales han encendido barricadas, ante lo que los Mossos d’Esquadra (Policía autonómica de Cataluña) han cargado.
En los disturbios, que han finalizado coincidiendo con la salida de los más de 90.000 espectadores del estadio barcelonista una vez acabado el partido, los Mossos han detenido al menos a cinco personas y otras 21 han quedado heridas, todas ellas de carácter leve.
Desde primera hora de la mañana, los Mossos d’Esquadra desplegaron un amplio dispositivo, con más de 3.000 efectivos, en su mayoría de la seguridad privada del club azulgrana, que ha permitido que la llegada de los equipos, los árbitros y los aficionados al estadio azulgrana se llevara a cabo sin incidencias.
Tsunami reunió unas 5.000 personas en Barcelona
Tsunami Democràtic, que había convocado una protesta en cuatro esquinas del estadio, reunió a unas 5.000 personas, que llevaban cartulinas azules con el lema «Spain, sit and talk» (España, siéntate y habla), que querían hacer visible durante la disputa del clásico.
Los agentes de seguridad privada han permitido a los aficionados que entraran con estas pancartas, pero en cambio han requisado unas caretas con el rostro de Leo Messi, ya que la ley del deporte impide que los espectadores acudan sin mostrar su rostro.
Justo antes de iniciarse el partido, a las 3:00 pm de Venezuela, buena parte de los 90.000 aficionados han mostrado las pancartas con el lema de Tsunami Democràtic.
Posteriormente, en la segunda parte, algunos independentistas han arrojado pelotas amarillas sobre el césped, en una esquina del campo, lo que ha obligado a detener algunos segundos el partido mientras efectivos de la seguridad privada las retiraban del terreno de juego.
Radicales de Tsunami en la salida de 90.000 personas
Con el clásico en marcha, grupos de radicales han protagonizado varios disturbios en los alrededores del Camp Nou por lo que la policía catalana ha efectuado varias cargas, en las que han disparado proyectiles de «foam», para intentar que la situación no se descontrolara aún más, con vistas a la inminente salida de los más de 90.000 espectadores.
En algunos momentos, aficionados que salían del campo han reprendido a los pocos radicales que seguían en la zona que intentaran cruzar contenedores en la vía.
En los disturbios, al menos 21 personas han requerido atención sanitaria, todas ellas de carácter leve, de las que seis han tenido que ser trasladadas a un centro médico.
La policía autonómica de Cataluña ha detenido a cinco radicales por desórdenes públicos y por arrojar objetos a los agentes, entre ellos botellas de cristal.
Intentaron forzar una de las vallas
Con el partido en marcha, algunos de los alborotadores han logrado forzar una de las vallas que cubre el primer perímetro de acceso al estadio barcelonista, si bien no han podido entrar porque los Mossos d’Esquadra han desplegado rápidamente un cordón para impedirles el paso.
En un comunicado difundido en las redes sociales una vez finalizado el partido, la plataforma anónima independentista Tsunami Democràtic, investigada por la Audiencia Nacional en una causa abierta por terrorismo, ha considerado un «éxito» haber acaparado el «foco mediático» con su lema «Spain, sit and talk» y ha asegurado que han logrado su objetivo de que su mensaje se viera en el campo y las gradas.
No obstante, Tsunami ha admitido que tenían prevista una «gran acción» -que no han concretado- para hacer evidente su lema en el campo, aunque reconoce que no la han podido llevar a cabo «por la actuación policial».
Periodistas rodeada con excrementos
Durante la primera fase de la protesta de Tsunami, un grupo de manifestantes del grupo independentista radical autodenominado «Lliris de foc» (Lirios de Fuego) han rodeado con excrementos a la periodista de La Sexta Mireia Germán.
El Colegio de Periodistas de Cataluña ha pedido «respeto por el trabajo de los periodistas» y ha denunciado que «no hay justificación posible que impida informar libremente, se trate del medio que sea».