La presión del deporte se intensifica: la cuestión de una posible exclusión de Rusia del Mundial-2022 de fútbol por la invasión de Ucrania empieza a estar encima de la mesa y fue formulada claramente por la federación del país campeón del mundo, Francia.
«El mundo del deporte, y en particular el fútbol, no puede quedarse neutral. Ciertamente, no me opondré a una exclusión de Rusia», dijo el presidente de la Federación Francesa de Fútbol (FFF), Noël Le Graët, en una entrevista este domingo al diario Le Parisien.
Rusia no tiene todavía su billete para el Mundial de Qatar-2022 y debe jugar en marzo una repesca con ese objetivo, pero sus eventuales adversarios en ella anunciaron ya que se niegan a enfrentarse con esa selección tras el ataque a Ucrania.
Polonia fue la primera en anunciarlo, el sábado. Debía jugar el 24 de marzo en Moscú, en semifinales de esa repesca. En caso de ganar, Rusia debía recibir el 29 del mismo mes en la final de la repesca a Suecia o República Checa, rivales en otra semifinal, pero esos dos países también comunicaron su negativa a jugar contra los rusos.
Preguntada por la AFP en varias ocasiones este fin de semana, la FIFA no reaccionó a los anuncios realizados por estas federaciones nacionales.
El presidente del fútbol francés comparte las negativas de polacos, suecos y checos: «En estas circunstancias dramáticas, ¿cómo podríamos contemplar jugar al fútbol contra ese país?», dijo a Le Parisien.
El balón está ahora en el campo de la FIFA, la Federación Internacional organizadora del mayor evento del fútbol mundial y del año 2022, programado del 21 de noviembre al 18 de diciembre en Qatar.
El silencio de la FIFA
Hasta el momento, la FIFA no ha tomado medidas contra Rusia y se limitó el jueves a mostrarse «preocupada» ante una situación «trágica e inquietante», según su presidente, Gianni Infantino.
La presión es cada vez mayor sobre la instancia mundial del fútbol, mientras otras federaciones deportivas, clubes o instancias organizadoras de eventos sí adoptaron medidas tras el ataque ruso a Ucrania.
Entre las medidas más importantes anunciadas en los últimos días está la tomada por la UEFA respecto a la sede de la final de la Liga de Campeones de este año, que se iba a jugar en San Petersburgo y que finalmente tendrá lugar el 28 de mayo en el Stade de France de París.
La situación de la FIFA resulta ahora incómoda: ¿seguirá la propuesta francesa, privando a los futbolistas rusos de disputar el Mundial? ¿O seguirá fiel a sus reglamentos, decretando la incomparecencia de Polonia, Suecia y República Checa, lo que clasificaría de facto a Rusia para Qatar-2022?
«Todas las selecciones nacionales deberían seguir nuestro ejemplo. Así veremos si la FIFA tiene las pelotas de dar una plaza al Mundial a Rusia por incomparecencias. No lo creo», dijo el sábado el arquero de Polonia, Wojciech Szczesny, al micrófono de DAZN.
Su capitán, Robert Lewandowski, estrella del Bayern Múnich, había escrito el sábado en Twitter que «los futbolistas e hinchas rusos no son responsables» de las decisiones de Vladimir Putin, pero «no se puede hacer como si no estuviera pasando nada».
Llamamientos al boicot
Los llamamientos al boicot deportivo a Rusia, y en ocasiones también a Bielorrusia, se multiplican en las últimas horas, mientras continúa la batalla por el control de Kiev.
El gobierno sueco pidió el sábado un «boicot a los lazos deportivos» con Rusia «mientras dure la invasión de Ucrania.
La ministra británica del Interior avisó que las selecciones de «países cómplices» no serán bienvenidas en el Reino Unido y la Federación Internacional de Judo suspendió este domingo a Putin de su estatus de presidente de honor de su organización.
La cuestión de los patrocinios también está sobre la mesa.
Tras retirar la sede de la final de Champions a San Petersburgo, la UEFA podría decidir esta semana romper su contrato con el gigante gasístico Gazprom, cuyo propietario mayoritario es el Estado ruso, como confirmó el sábado a la AFP una fuente conocedora del asunto.
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