Una fiscal en Misuri anunció este martes la imputación de cargos contra dos personas por el tiroteo que la semana pasada durante el desfile de celebración del Super Bowl. El hecho, ocurrido en la ciudad de Kansas City, dejó un muerto y 22 heridos.
El tiroteo fue ocasionado por una riña al finalizar el desfile de los Kansas City Chiefs, lo que provocó escenas de caos entre las miles de personas que acudieron al festejo por la victoria en el Super Bowl.
Los imputados son Dominic Miller, de 18 años, y Lyndell Mays, de 23, acusados de homicidio en segundo grado, acto delictivo armado y uso ilegal de armas. Así lo anunció en rueda de prensa la fiscal del condado de Jackson, Jean Peters Baker.
De acuerdo con la versión presentada por Baker, Mays fue el primero en desenfundar su arma, pero fue el arma de Miller la que causó la muerte de la locutora mexicana Lisa López-Galván, la única víctima mortal.
Miller y Mays no tenían relación previa pero formaban parte de un grupo más amplio de personas que participó en la pelea, varias de ellos armadas. Los dos imputados llevan hospitalizados desde el día del tiroteo, ocurrido el miércoles pasado.
La Policía informó la semana pasada de la detención de dos menores de edad, pero dijo estar trabajando en la identificación de todos los responsables. Se incautaron «numerosas armas».
La mitad de los 22 heridos de bala tenían menos de 16 años.
El suceso tuvo lugar en las inmediaciones de Union Station, la estación central de ferrocarriles de Kansas City, punto final del desfile de los Kansas City Chiefs y punto de concentración de miles de aficionados.
Cerca de un millón de personas participaron en la celebración.
En el estado de Misuri es legal llevar armas por la calle.
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