Una vez más el defensa central del Barcelona, Gerard Piqué, fue centro de cánticos e insultos en el empate 2-2 del Espanyol y Barcelona, el clásico catalán, el domingo pasado.
«Piqué c… Shakira tiene r…, tu hijo es Wakaso y tu eres maricón«, fue el grito insistente de los aficionados del español, que asistieron al encuentro.
Los medios de Barcelona advirtieron que Piqué se quejó durante todo el partido del tema y hasta le comunicó al juez central, que no tiene la obligación de registrar los hechos en el acta del partido.
Sin embargo, hay que esperar si el director del juego enviado por LaLiga lo consigna en su informe. El diario Sport reseñó que la persona encargada sí registró la queda en el material que enviará a la rectora del fútbol español, por lo que los hechos se podrían denunciar ante la Comisión Nacional contra la Violencia en los espectáculos deportivos.
Siempre que Piqué llega al Espanyol, hay protestas
Los insultos contra Piqué y su familia no son nuevos. Los seguidores del Espanyol han tomado eso como normal y siempre que Barcelona visita el campo de juego se presentan las protestas.
Hace dos años, en el partido por cuartos de final de la Copa del Rey, los hinchas del Español la cogieron contra el defensa. Esa vez apareció una pancarta que decía: «Shakira es de todos», por lo que el equipo local fue multado con 24.000 euros.
Un derby que salió parejo
El derby entre el líder y el colista no podía presumirse más desigualado y acabó saliendo parejo y niveladísimo. En el césped y en el marcador. Méritos del inconformismo de unos y de las ganas de complicarse de los otros.
El Barsa volvió a necesitar un gol del rival para enchufarse. Y como sucedió en Anoeta, cuando tuvo el partido decantado con un gran arreón en la reanudación, no lo pudo cerrar. El duelo guardó un papel clave a los reservas. Si Arturo Vidal fue clave para la remontada del Barsa del gol inicial de David López, Wu Lei puso las tablas al final entrenando desde el banquillo.
Desde el principio, el encuentro fue un ejercicio de reivindicación para el Espanyol. Empezando el rival, el ideal para reaccionar, siguiendo por la alineación de Abelardo, con siete canteranos (cinco de los seis jugadores de ataque, entre ellos), y pasando por la megafonía que eligió un nada subliminal «I will survive» de Gloria Gaynor para meter en faena a la gente.
Como si hiciese falta. La afición respondió con una magnífica entrada (33.562 espectadores) y el equipo blanquiazul no defraudó a su público haciendo bueno el apelativo de irreductible que tanto les gusta adjudicarse.
El Espanyol no va a rendirse y menos en un derbi. El mensaje estaba claro. La puesta en escena del líder fue sin ritmo.
En cambio, el Barcelona no hizo caso a su entrenador, que le había avisado para salir fuerte y jugar con el corazón.
La puesta en escena del líder fue sin ritmo, aletargado por el reciente retorno de sus cracks de las vacaciones de Navidad.
Los de Valverde fueron muy planos
Lo que era un problema porque el plan del nuevo técnico del Espanyol fue cederle la iniciativa al Barsa y juntar mucho las líneas en defensa para que apenas hubiese espacios para entrar.
Los de Valverde volvieron a ser muy planos en los ataques estáticos, como si esperasen atrapar un contragolpe que no llegaba porque David López y Marc Roca no dejaban que la estructura se descosiera.
Además, el Espanyol dejabanabandonadas las bandas para centrarse en los pasillos interiores. El resultado es que apenas se vieron ocasiones en los primeros 20 minutos y Abelardo estaba satisfecho.
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