Después de 36 años sin saborear la Copa del Mundo, Perú regresa con un plato que se le puede indigestar, Dinamarca, contra el cual chocará hoy a las 12:00 del mediodía en Saransk. Es un duelo entre dos equipos que comparten racha de 15 partidos invictos, clave en un grupo C en el que aguarda Francia.
«Nosotros no estamos pensando en la segunda plaza. El primer objetivo es pasar primeros», dejó claro el delantero peruano André Carrillo antes de volar entre Moscú y Saransk.
El técnico de los daneses Age Hareide calificó de final el partido contra Perú: «Esa es la verdad. Francia es la gran favorita y nosotros y los peruanos queremos la segunda plaza, por lo que será un partido importantísimo».
Perú y Dinamarca nunca se han enfrentado en partido oficial. Hace una semana, ambos buscaron cuadros similares para tomar la medida. Los europeos batieron por 2-0 a México y los suramericanos igualaron sin goles ante Suecia.
Además de las rachas, Perú y Dinamarca comparten que tienen un jugador bandera, los antagónicos Paolo Guerrero y Christian Eriksen. Expresivo como pocos, el Depredador del combinado de Ricardo Gareca. Tras su viacrucis en los meses previos al Mundial debido a su control de dopaje positivo, llega con más hambre que nunca.
En el lado nórdico reina el discreto Eriksen, talentoso cerebro del Tottenham, que a sus 26 años de edad está considerado uno de los mejores del mundo en su puesto y al que incluso se le ha vinculado con los grandes del fútbol español, Real Madrid y Barcelona.
El seleccionador Hareide ha tratado de explicar que su equipo no es Eriksen-dependiente y ayer demostró que se ha estudiado muy bien al rival: “Han modificado su esquema con respecto a lo visto en la eliminatoria (suramericana). No son tan agresivos a la hora de presionar y jugar al ataque y juegan más al contragolpe, en lo que son muy buenos y muy rápidos».
Una de las principales tareas del equipo que dirige el argentino Gareca será contener a Eriksen, autor de 12 goles en sus 13 últimos partidos internacionales.