DEPORTES

Pedro Delgado: «Ahora como espectador, me emociona verme»

por Avatar EFE

El español Pedro Delgado, ganador del Tour’88 y de la Vueltas 85 y 89, cumple este miércoles 60 años de edad disfrutando de un regalo inesperado: la redifusión en Teledeporte de las etapas de los años 80 en las que el segoviano se convirtió en un ídolo para la afición española.

Un hombre carismático que se emociona como espectador, desde el sofá, de aquellas hazañas que le colocaron en lugar preferente de la historia.

En su cumpleaños, Pedro Delgado, vive con tranquilidad la cuarentena por la pandemia del coronavirus, y atiende la llamada de EFE para pulsar su opinión sobre el momento delicado que vive la sociedad, el deporte en general y sobre todo, la incertidumbre ante la disputa o no del Tour de Francia, «carrera imprescindible para salvar la temporada».

Entrevista al ex ciclista Pedro Delgado

Pregunta. Mañana cumple 60 años de edad en plena cuarentena, ¿cómo lleva el encierro?

Respuesta. No lo llevo mal, aunque haya tenido algún susto, ya que algunos amigos, e incluso mi hermana mayor estuvo afectada. Yo lo paso bien, en casa, se me hace más agradable por tener una casa espaciosa, en este aspecto me siento privilegiado.

P. Hará rodillo, como todos los ciclistas…

R. Hago rodillo, sí, más o menos una hora en días alternos, pero el rodillo me aburre, lo hago más que nada por sudar, viene bien para quitar tensiones. No me hace ninguna ilusión hacerlo, soy un hombre de aire libre.

Una crisis inimaginable

P. ¿Se imaginaba esta crisis sanitaria que afecta enormemente al deporte y al ciclismo?

R. La crisis que vivimos era algo inimaginable para todos hasta hace poco, nadie se lo esperaba, se trata de un problema de salud, pero tendrá además un rebote en el aspecto económico. Se verá todo afectado, tal vez habrá que esperar la normalidad hasta el año que viene, el problema económico puede durar meses.

El ciclismo y el deporte contra las cuerdas

P. El ciclismo está contra las cuerdas..

R. Sí, el ciclismo y el deporte en general están en serios apuros. En el caso del ciclismo podríamos decir que, a diferencia de otros deportes tiene un colchón que puede resultar favorable. No se trata de un deporte con una liga nacional, como el fútbol, por ejemplo, a los que el parón les destroza su funcionamiento. El tiempo juega más a favor, ya que el ciclismo podría activarse más tarde, puede esperar hasta un mes antes del Tour. No obstante, todo depende del desarrollo de la pandemia. Soy optimista y espero que vuelva la actividad para esas fechas.

P. Por fechas el ciclismo podría buscar soluciones, pero en lo deportivo la merma parece que va a ser muy seria.

R. Sí, por las fechas, el ciclismo es el deporte menos afectado, se puede salvar adaptando un nuevo calendario, pero también será difícil encontrar hueco para todas las pruebas aplazadas. Las tres grandes no creo que se celebren, creo que el Giro se suspenderá. En lo deportivo es más serio, hay muchos equipos ya en apuros. Por ejemplo el CCC vive de las tiendas de zapatos y no pueden vender, se queda sin recurso y no podrá continuar.

Suspensión del Tour

P. ¿Qué supondría la suspensión del Tour de Francia?

R. El Tour es el gran acontecimiento del año, el presupuesto de los equipos va normalmente enfocado a esa carrera, las marcas se orientan a esa carrera. Seria una catástrofe para el ciclismo si no se celebra. Es el gran evento mediático y económico.

P. ¿Y cree que se suspenderá?

R. No creo que se suspenda, tendrán un plan B, hay que esperar. Podrían estar pensando en retrasarlo. Sin Juegos Olímpicos gana tiempo. La organización del Tour va a tratar de que haya carrera. Si tocan la Vuelta el calendario se podría descabalar, pero la Vuelta también defiende su carrera, aunque pertenezca al mismo dueño. Una semana se podría retrasar, pero dos no.

Una carrera imprescindible para el ciclismo

P. Todo el mundo coincide en que el Tour es una carrera imprescindible para el ciclismo

R. El Tour es imprescindible para salvar la temporada. Para muchos equipos europeos es su razón de ser, sobre todo para los belgas, franceses e italianos. Sin Tour el perjuicio sería enorme.

P. ¿Se imagina un Tour con las cunetas vacías, sin público?

R. Un Tour sin público sería un mal menor. El Tour podría pasar sin público, aunque fuese extraño. Hay muchas carreras que no tienen publico excepto en sitios concretos, como la salida o la meta o algunas cumbres, y los corredores están acostumbrados a rodar sin público. Es mejor competir con público, por supuesto, es un factor que te da energía, pero en el fondo es más un efecto visual, pero para la competencia no importa tanto.

P. ¿Echa de menos los comentarios en televisión?

R. No porque estos días Teledeporte recupera etapas míticas y me hace ilusión verme de corredor, es algo que no había vivido nunca como espectador.

Impresionado por verse en las carreteras

P. ¿Le impresiona verse disputando el Tour y la Vuelta, verse con el maillot amarillo?

R. Me impresioné, por ejemplo la etapa en los Lagos de la Vuelta 92. Me vi subiendo con una mucha chispa… me dije: ‘Madre mía, ahora, subo con los «pericopuertos» y me veo morir… qué bueno es ser joven..Luego trabajando para Indurain me vi los coloretes en la cara por el esfuerzo. Me lo paso bien viendo cómo cambiado todo: las carreteras, las bicis, las retransmisiones.. Luego, por las redes me motivo y saco al Pedro periodista.

P. ¿Qué otras cosas le emocionan de aquella época?

R. Me emociona verme , es bestial comprobar aquellos desarrollos que llevábamos, nada de pinganillos, ni control de watios, aquello era supervivencia, hacíamos cronos de 60 kilómetros, cuando ahora se quejan si superan la mitad. Era un ciclismo muy diferente y me asombran estos factores. Para el documental de «30 años de amarillo» llevé a Francia la bici de entonces y dije: «¿Cómo podía yo bajar con esto?. Con los ojos de hoy me asombro de cómo podía subir y bajar..

Dos recuerdos de su carrera

P. Cumple este miércoles 60 años de edad. Si tuviera que elegir dos recuerdos de su carrera, ¿cuáles serían?

R. Uno de ellos el ascenso a los Lagos de la Vuelta’92, la que vi hace poco, me impresionó cómo iba subiendo, aunque entonces no tuve esa sensación, y el otro recuerdo no puede ser otro que el momento de subir al podio en París como ganador del Tour y escuchar el himno nacional. Un recuerdo de fuerza y otro sentimental.