Pau Gasol se mostró optimista y a la vez con cautela, en una conversación con Efe sobre sus opciones de curarse su lesión para estar en los Juegos Olímpicos de Tokio: «Espero que el pie se recupere y jugar un poquito más».
«Voy ‘despacito’, como diría Luis Fonsi», bromeó, al empezar esta entrevista en Los Ángeles (EE UU), un Gasol que conserva el humor ante su lesión pero que es muy consciente del momento que vive: lleva meses sin competir, cumple 40 años de edad en julio y su legendaria carrera se aproxima al fin.
Pregunta: Jugó pocos partidos con Milwaukee Bucks y con Portland Trail Blazers no pudo debutar. ¿Cómo lleva la frustración de estar fuera de las canchas?
Respuesta: Con mucha paciencia, intentando ser positivo. Al final, el cuerpo es el que es: a veces te responde y otras veces no tanto como te gustaría.
Hice un tratamiento celular a finales de diciembre para mejorar mis posibilidades de recuperación. Y ahora la rehabilitación va poco a poco, intentando que el pie, sin las prisas y presión de estar en un equipo, se recupere: darle más tiempo, cuidarlo. Ojalá todo vaya bien y pueda recuperarme pronto.
P.- ¿En qué fase concreta de la rehabilitación está?
R.- Hace no muchos días dejé las muletas. Poco a poco voy poniendo peso con la bota ortopédica y ya pasando a un calzado normal.
A finales de marzo me haré unas pruebas que me indicarán si seguimos por el buen camino o si estamos incluso muy cerca de empezar a hacer cosas en la pista.
P.- ¿Le pasó por la cabeza la retirada?
R.- Es una posibilidad que está ahí también, ya no solo por temas de salud sino porque este verano cumpliré 40 primaveras, que no son pocas. Entiendo que tarde o temprano, ya sea este verano, la temporada que viene, o en otra, mi retirada es algo inevitable.
Espero que no sea ya: que el pie se recupere y pueda permitirme jugar un poquito más, ya veremos cuánto más, y disfrutar de un último campeonato, una última temporada…
P.- Los de Tokio serían sus quintos Juegos Olímpicos. ¿Es optimista de llegar a tope y poder sumar al equipo?
R.- Una cosa es llegar a tope y otra en condiciones de aportar. Son cosas diferentes. Si llegara, que ojalá sea el caso, pues llevaría un año y tres o cuatro meses sin competir. Es mucho tiempo.
Primero, que el cuerpo aguante y que la lesión se haya curado. Luego, trabajar y tener tiempo suficiente para coger ritmo, sensaciones y buena forma para aportar, no digo ya de forma significativa, pero sí cualitativa.
Y estoy muy agradecido a la Federación, a Sergio (Scariolo) y a Jorge (Garbajosa) por ese apoyo que me están dando y por sus ganas para que forme parte del equipo.
P.- Tampoco ha descartado la posibilidad de volver a la NBA
R.- Ganas tengo muchas, pero intento ir despacito, sin crear unas expectativas que en las últimas dos temporadas pues yo también me había creado a mí mismo (…). Las metas tienen que ser mucho más a corto plazo.
Hacia una nueva etapa
P.- ¿Cuesta asumir que su cuerpo ya no es el mismo?
R.- Es ley de vida. Son lecciones que te va dando de humildad y te pone en tu sitio. Por muy arriba que hayas estado, todo tiene una cierta caducidad.
Llevo años preparándome para el momento de pasar página y te lo tomas con cierta naturalidad. Claro que te apena: no es un momento fácil. Y el día que deje de jugar lo echaré mucho de menos.
P.- ¿Cómo se imagina su vida más allá de la pista?
R.- Muy ligada al deporte en general, al baloncesto en específico, y también al mundo de la salud y los niños. Por eso el trabajo que estamos haciendo con la Fundación Gasol es tan importante (…) para revertir la dirección que ha tomado la obesidad infantil. A mí, la interacción con los niños me revitaliza, me inspira, sobre todo cuando puedo tener un impacto especial.
P.- Recientemente anunció su candidatura a la Comisión de Atletas del Comité Olímpico Internacional. ¿Qué tiene de especial este reto?
R.- Para mí, los JJ OO han significado siempre mucho. Engloban todo el movimiento deportivo a nivel mundial. El COI tiene un potencial de impacto muy elevado.
Poder formar parte del crecimiento y evolución del COI y de los JJ OO, a la vez que defender los derechos e intereses de los atletas, siempre me ha interesado.
Kobe su hermano mayor
P.- Los Ángeles sigue en «shock» por la tragedia de Kobe Bryant. ¿Cómo se sintió en el tributo de despedida a su «hermano mayor»?
R.- Fue muy emotivo, muy emocional. Demostró el impacto que tuvo Kobe en tantísimas personas, más allá incluso del baloncesto y del deporte.
Fue una mañana dura, de muchas lágrimas. Pero a la vez, todo estaba con el máximo cuidado, con muchísimo cariño, y las palabras que se le dedicaron fueron de muchísimo sentimiento.
P.- A usted también le inspiró mucho aquí.
R.- Me inspiraba en el día a día: su ética de trabajo, su dedicación a ser el mejor, a exigir a los compañeros que dieran lo mejor, ese instinto un poco asesino, esa mentalidad de «la mamba». Fue una experiencia enorme que me hizo crecer como jugador y me dio una perspectiva distinta como persona.
Echaré mucho de menos vivir más cosas con él: tenerlo como un apoyo, que siempre lo tenía. Cuando venía a Los Ángeles quedábamos para comer o cenar y nos poníamos al día. Es algo que echaré de menos muchísimo, sin duda.
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