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Ozzie Guillén: hace 35 años deslumbró con su juego a las Grandes Ligas

por Avatar Jhonn Pérez

El segundo venezolano que logró conseguir el premio Novato del Año fue Oswaldo Guillén en 1985. Ozzie logró la hazaña hace 35 años, cuando debutó en las Grandes Ligas con los Medias Blancas de Chicago.

El pelotero nacido en Ocumare del Tuy firmó en 1984 con la organización de los Padres de San Diego, luego de un cambio múltiple, en el que estuvo envuelto Luis Salazar, el mirandino llegó a los Medias Blancas.

«Greg Walker dijo ‘Por qué nosotros cambiamos a LaMarr Hoyt por este'», comentó Guillén en una entrevista para The Book of Ozzie Guillén.

Añadió: «Luego de que Walker se fuera a la primera base y me viera tomando roletazos dijo ‘Oh ya entiendo la razón del cambio con este muchacho'».

El campocorto hizo su debut en la gran carpa el 9 de abril de 1985, frente a los Cerveceros de Milwaukee en el County Stadium, que reunió a 53.000 personas.

«Luego que hice el equipo, Tonny La Rusa me llamó y me dijo ‘Firma el contrato y buena suerte. No te preocupes por nada, solo juega tu juego».

El joven de 21 años de edad asumió el rol que tuvo su compatriota Luis Aparicio, que fue exaltado al Salón de la Fama en 2005, también en el campocorto.

Guillén, en esa primera zafra con los Patiblancos emuló lo logrado por Don Luis en su primer año, ganó el Premio Novato del Año sorprendiendo a los aficionados y a varios de sus compañeros que les pareció extraño el cambio que llevó al criollo a sus filas.

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El tuyero en ese año de 1985 se convirtió en el venezolano número 37 en arribar a las mayores y octavo en alinear en el campocorto al comenzar la campaña (Alfonso Carrasquel, Luis Aparicio, César Gutiérrez, David Concepción, Enzo Hernández, Fred Manrique y Álvaro Espinoza, fueron sus antecesores).

Durante esa campaña Guillén terminó la ronda regular con línea ofensiva de .273, con 1 cuadrangular, 33 carreras impulsadas, 71 anotadas y 134 imparables en 513 turnos al bate.

Desde ese momento se convirtió en una pieza fundamental de la escuadra de los Medias Blancas y su rol dentro del campo le dio un sabor especial a esa novena.

Guillén tuvo una carrera de 16 años en las Grandes Ligas, de las cuales 13 de ellas fueron con la escuadra de Chicago, en la que dejó guarismos de .265, 24 vuelacercas, 565 empujadas, 693 registradas y 163 bases robadas.

Además, dentro de los registros históricos del equipo es quinto en partidos jugados (1.743), sexto en imparables (1.608), en turnos al bate (6.067), octavo en bases alcanzadas (2.056), noveno en anotadas (693), décimo en dobles (240) y triples (68).

Por otro lado, luego de dejar sus años dorados con el uniforme de rayas aterrizó en Baltimore para defender la casaca de los Orioles, aunque en ese mismo año, 1998, terminó la temporada con los Bravos de Atlanta.

El camarero en corto pasó dos zafras con los Bravos y para el 2000 decidió colgar los ganchos con los Rays de Tampa Bay.

Al concluir su carrera como pelotero, el venezolano dejó números de .264, 28 bambinazos, 619 RBI, 773 CA, 1.764 imparables y 169 bases estafadas. En su haber se puede ver un Guante de Oro, un Novato del Año y tres Juegos de Estrellas.

Con los Medias Blancas se convirtió en el primer latinoamericano en ganar una Serie Mundial como manager en 2005. En la actualidad se desenvuelve como comentarista deportivo en Estados Unidos.