El triunfo por 4-0 del Manchester City ante Fluminense el viernes en la final del Mundial de Clubes volvió a poner de manifiesto la brecha competitiva entre continentes, mientras el mundo del fútbol se pregunta si la tendencia se mantendrá a partir del 2025 con el nuevo formato implantado por la FIFA con 32 equipos.
Con el título del conjunto inglés ante el campeón de la Copa Libertadores son ya once ediciones consecutivas en las que el cetro mundial queda en manos de equipos europeos, que han ganado los 22 últimos partidos en la competición que reúne anualmente a los campeones de cada confederación más un equipo del país anfitrión.
El último club no europeo en ganar el título fue el Corinthians brasileño en la edición de 2012. Desde aquella final contra el Chelsea, el campeón de la Champions League de la UEFA se hizo con la victoria en todas las ediciones del Mundialito.
Mayor emoción e ingresos
Precisamente la búsqueda de un incremento de la emoción y de la incertidumbre del resultado son algunas de las razones de la FIFA para la transformación del formato del torneo a partir de 2025.
El actual sistema con siete equipos que disputan el Mundial de Clubes en poco más de una semana, con el representante europeo y el sudamericano iniciando su recorrido en semifinales será ampliado a 32 equipos en una edición en 2025 que tendrá lugar durante un mes en Estados Unidos.
La presencia de 12 clubes europeos añadirá mayor emoción al torneo, pero ello podría hacer disminuir aún más las opciones del resto de equipos y terminar convirtiéndose en una versión reducida de la Champions League de la UEFA cada cuatro años.
El mayor número de partidos que conlleva ha suscitado reacciones en contra por parte del sindicato de futbolistas FIFPRO. La edición de 2025 está prevista del 13 de junio al 15 de julio, casi sin tiempo de descanso para los jugadores entre una temporada y la siguiente.
La FIFA sostiene que ese torneo permitirá un mayor flujo económico para los clubes no europeos que no gozan de los ingresos de la suculenta Champions League, y con ello poder tener más medios para evitar el constante flujo de talentos a Europa.
«El impacto positivo que tendrá esto en los clubes será enorme, porque incrementará recursos para los clubes por todo el mundo para desarrollarse y competir», afirmó Arsene Wenger, responsable de desarrollo global de la FIFA.
«Es importante que hagamos que el fútbol sea realmente global y esto crea una opción para otros clubes para progresar», añade el antiguo entrenador del Arsenal.
Clubes sauditas al alza
Pero por el momento sólo los clubes de Arabia Saudita, anfitrión del reciente Mundial de Clubes, parecen en disposición de competir por los mejores jugadores con los clubes europeos.
La Saudi Pro League ha fichado a Cristiano Ronaldo, Karim Benzema o Neymar en los últimos meses.
El Al-Ittihad de Benzema también se hizo con N’Golo Kanté y Fabinho, además de con el prestigioso entrenador Marcelo Gallardo.
El proyecto de convertir a Arabia Saudita -que organizará el Mundial de selecciones en 2034- en una potencia futbolística podría haber dado un paso adelante para 2025.
La primera experiencia del reino del Golfo en un evento futbolístico internacional de primer nivel dejó algunos interrogantes como la escasa asistencia de aficionados locales al estadio King Abdullah, de 62.000 localidades.
Tanto el técnico del City Pep Guardiola como su homólogo de Fluminense Fernando Diniz criticaron el estado del césped.
Arabia Saudita, cuya apuesta por el fútbol es vista entre algunos sectores como un medio para lavar su imagen internacional, también buscaría diversificar su modelo económico, convirtiéndose en un destino turístico deportivo, organizando un GP de F1, grandes eventos de boxeo, así como torneos de tenis o de golf.