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Nadal se sincera sobre cómo se sintió en los últimos 30 años

por Avatar EFE

Rafael Nadal, retirado del tenis el mes pasado, admitió que durante 30 años transmitió al mundo una imagen que no siempre reflejaba lo que sentía en su interior.

«Sinceramente, estaba nervioso antes de cada partido, eso nunca te abandona. Todas las noches antes de un partido me acostaba sintiendo que podía perder (¡también al despertarme por la mañana!). En el tenis, las diferencias entre jugadores son muy ajustadas y entre rivales aún más. Cuando sales a la pista, puede pasar cualquier cosa, por tanto, todos tus sentidos deben estar bien alerta. Esa sensación de fuego interior, los nervios, la adrenalina de salir y ver una pista llena, es una sensación muy difícil de describir», ha añadido.

 

 

«Es una sensación que solo unos pocos pueden entender«, expresa el jugador español en una carta abierta titulada “El regalo”, publicada en The Players’ Tribune. El medio proporciona a los deportistas una comunicación directa con sus aficionados.

Nadal confiesa que durante la mayor parte de su carrera supo «controlar las emociones, con una excepción».

«El dolor físico era algo a lo que estaba muy acostumbrado, pero hubo momentos en la pista en que tenía problemas para controlar la respiración. No podía jugar a mi mejor nivel. No tengo problema en admitirlo ahora», señala.

 

Tómense unos minutos y lean la carta que escribió Rafa Nadal en The Players Tribune. Vale muchísimo la pena.

«Cuando era joven, aprendí una lección que todavía está grabada en mi mente. No estoy seguro de cuántos años tenía exactamente, pero creo que tenía alrededor de 12.… pic.twitter.com/aVGl5bobLK

— Tiempo De Tenis (@Tiempodetenis1) December 18, 2024

Nadal y la ansiedad

«Después de todo, somos seres humanos, no superhéroes. El jugador que ves en el centro de la pista con un trofeo es una persona; agotada, aliviada, feliz, agradecida, pero sólo una persona. Afortunadamente, no llegué al punto de no poder controlar cosas como la ansiedad, pero todos los jugadores pasan por momentos de dificultad para controlar la mente y cuando eso sucede, es difícil tener el control total de tu juego», continúa.

Tras repasar los consejos que recibió de su familia, en particular de su padre, el ganador de 22 Grand Slams destaca que nunca le impulsó «el odio» hacia sus rivales, «sino un profundo respeto y admiración».

«Simplemente intentaba despertarme cada mañana y mejorar un poco para poder seguirles el ritmo. ¡No siempre funcionaba! Pero lo intentaba… Siempre lo intentaba. Durante más de 30 años he dado todo lo que he podido a este deporte. A cambio, recibí alegría y felicidad. Alegría y felicidad, amor y amistad, y mucho más», dice el jugador.