El tenista español Rafa Nadal afronta este viernes las semifinales del torneo de Wimbledon, tercer Grand Slam de la temporada, contra el histriónico jugador australiano Nick Kyrgios y el dolor abdominal que han lastrado su juego y estuvieron cerca de apearle del torneo londinense en los cuartos de final ante Taylor Fritz.
El tenista agotó el vocabulario para describir su legendaria obra. Frente a Fritz, Nadal volvió a demostrar lo alto que sitúa su umbral de dolor. «Pensé varias veces en la retirada», confesó el balear tras triunfar después de una dura batalla de casi cuatro horas y media en la hierba del All England Club.
A pesar de los gestos de su padre, Sebastiá, y su hermana María Isabel invitándole a cesar su calvario, el de Manacor regresó luego de verse con el fisioterapeuta. El tenista sufría un fuerte dolor abdominal que no le dejaba apenas servir más allá de los 180 kilómetros por hora. «Llevo varios días sin sacar para proteger el abdomen», reveló el pupilo de Francis Roig.
Y no solo regresó sino que se sobrepuso a ese lastre y a los latigazos del espigado Fritz para seguir agrandando su legendaria figura en Wimbledon, pese a sus tres años de ausencia y a que es la superficie que menos se adapta a sus pelotas liftadas y profundas que tanto cuesta levantar a sus rivales.
Retornó a la cancha porque la retirada no está en su vocabulario, a dos pasos como está de una zancada. A dos partidos de poder sumar su 23 Grand Slam, y el tercero en un mismo curso tras los de Australia y Roland Garros. A dos pasos de esa zancada, pues le restaría solo ganar en Estados Unidos para erigirse en el único tenista en ganar los cuatro grandes en una misma temporada en la Era Open.
Pero antes tendrá que afrontar el primer paso contra el Bad Boy Kyrgios, con el que ya ha tenido incidentes en partidos precedentes. El balance es favorable para el español, que ha derrotado al australiano en los últimos tres partidos. Además, en global domina 6-3, entre ellas dos victorias en Wimbledon.
Este mismo jueves el balear se someterá a pruebas y una ecografía. Los exámenes estarán supervisados por su médico, Ángel Ruiz Cotorro, su sombra esta semana en Londres. En el torneo los dolores del pie de la arcilla de Roland Garros han cesado para dar paso a los de su torso. «Hay algo más importante que ganar Wimbledon, que es la salud«, dijo Nadal.
Nadal es eterno, pero quiere serlo aún más. El balear se debate ahora entre ese dolor físico y la leyenda que continúa, que no cesa.
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