La tenista hispano-venezolana Garbiñe Muguruza volvió a tropezar el domingo con la barrera de los octavos de final del Abierto de Estados Unidos al caer ante la checa Barbora Krejcikova en un partido con un final controvertido.
Muguruza abandonó la pista central de Flushing Meadows con gestos de gran molestia después de que Krejcikova frenó la remontada de la española tras un paso por el vestuario en un tiempo muerto médico.
La vigente campeona de Roland Garros fue atendida por aparentes problemas respiratorios y, al término del partido, fue ayudada a retirarse por un médico y un entrenador y no atendió a la prensa.
«No sé muy bien qué ha pasado, pero no podía respirar. Empecé a sentirme mareada y el mundo entero temblaba. Nunca me había pasado antes», explicó Krejcikova en declaraciones divulgadas por la WTA.
Muguruza, ganadora de 2 torneos de Grand Slam, cayó por un marcador final de 6-3 y 7-6 (7/4) en un juego de hora y 53 minutos que concluyó pasada la medianoche de Nueva York.
La eliminación supone una gran decepción para la española nacida en Caracas, que era uno de los nombres más ilustres de unos octavos a los que no habían llegado la vigente campeona, Naomi Osaka, ni la actual número uno, Ashleigh Barty.
Al igual que en 2017, Muguruza se acabó despidiendo en octavos del US Open, el único Grand Slam del que nunca ha jugado una final.
En el arranque del juego ante Krejcikova, la española fue una sombra de la jugadora que acababa de derrotar a la también exnúmero uno mundial Victoria Azarenka.
Krejcikova se distanció rápidamente tres juegos a cero y, sin que Muguruza mostrara capacidad de reacción, siguió acelerando hasta embolsarse el primer set.
En el segundo, Muguruza perdió su servicio a la primera y se vio con un 4-0 en contra que presagiaba un final por la vía rápida. Sin grandes aspavientos, punto a punto, la española se asentó en la pista y ganó los cinco juegos siguientes, llegando a tener dos pelotas de set que no pudo concretar.
Final controvertido
Con Muguruza en ventaja 6-5, Krejcikova pidió la asistencia médica y se retiró durante ocho minutos al vestuario. A su regreso, la número nueve del ranking de la WTA volvió poner rápidamente el partido a su favor.
La checa ganó siete puntos seguidos para forzar el ‘tiebreak’ y adelantarse 3-0 mientras Muguruza pasaba del asombro al enfado. Sellada su derrota, la española saludó con frialdad a su rival en la red y abandonó la pista con grandes gestos de molestia mientras Krejcikova se desplomaba en la silla durante unos minutos y era ayudada a salir de la cancha.
«Prefiero no hablar sobre esto, os dejo a vosotros juzgarlo», dijo Muguruza a periodistas. «Entre jugadoras se sabe un poco cómo comportarse en ciertos momentos y, sí, no estaba muy contenta al final del partido».
«Al final estaba realmente en apuros y ahora me siento muy mal», agregó Krejcikova. «Simplemente lo di todo al final. Es duro porque era la primera vez que jugaba en una pista tan grande en la sesión nocturna y hasta entonces me estaba divirtiendo mucho».
Muguruza, cuyo último triunfo de Grand Slam fue en Wimbledon en 2017, reconoció que no mostró su mejor nivel en el choque.
«No fue mi mejor partido. No empecé bien el primer set ni el segundo. Al final del segundo reaccioné pero era tarde», afirmó. «Mis golpes no tuvieron el efecto que quería. No saqué mi mejor tenis hoy».
Krejcikova enfrentará en cuartos a la bielorrusa Aryna Sabalenka, segunda sembrada en Flushing Meadows.