El pelotero Miguel Cabrera manifestó este jueves en rueda de prensa con medios venezolanos, reseñada por El Emergente, que el día que ya no sea divertido jugar sería el momento justo de «guindar los guantes».
«El día que me deje de divertir es hora de guindar los guantes y ver los partidos en mi casa por la televisión. Mientras que uno no se divierta en su trabajo es algo que te va a estresar, es abrumador y no te dejará hacer las cosas bien», dijo.
A pesar de los dolores y las lesiones, continúa divirtiéndose en el campo. «No pongo excusas y salgo al terreno a poner mi mejor cara», insistió.
Cabrera, el primer pelotero venezolano en conectar 3.000 hits en las Grandes Ligas, desea conquistar un título con los Tigres de Detroit antes de su retiro.
«Quiero ganar en Detroit, es lo que me falta. Espero que pueda lograr estos dos años que me quedan o si no pueda hacerlo como coach o asistente. Pero me gustaría estar más tiempo con este equipo. Yo sé que mi carrera va a terminar en cualquier momento, pero quisiera seguir involucrado con los Tigres», confesó.
El jugador, de 39 años de edad, que creció en un sector humilde de Maracay, estado Aragua, admitió que de niño nunca imaginó en alcanzar los 3.000 hits y 500 jonrones en la mejor liga del mundo. Un hecho que quedó para la historia deportiva del beisbol venezolano.
«Soñaba en jugar en la MLB, ganar una Serie Mundial, ganar el título de bateo y soñaba muchas cosas, pero a esa corta edad llegar a 500 jonrones y 3.000 hits jamás pasó por mi cabeza (…) Le doy gracias al Señor por esta oportunidad y que haya podido vivir este momento», expresó.
El 23 de abril, Miguel Cabrera se convirtió en el primer pelotero venezolano, en el 33º del mundo, y séptimo latinoamericano, en conectar 3.000 hits en las Grandes Ligas, un club al que solo pertenece otro jugador en activo, el dominicano Albert Pujols.