La LVBP comenzó este jueves el procedimiento que debe terminar en sanciones y posiblemente suspensiones por lo ocurrido el miércoles en Puerto La Cruz. En el partido varios peloteros protagonizaron reiterados episodios de violencia que motivaron una decena de expulsiones.
Miembros de la liga no ocultaron su consternación por los episodios sucedidos en el estadio Chico Carrasquel. Eso incluye la inesperada reacción de Álex Romero, que golpeó dos veces con su bate al receptor Gabriel Lino, después de recibir un pelotazo que consideró intencional.
La cuarteta arbitral fue incapaz de contener la violencia, que comenzó en la parte alta del séptimo inning y que continuó una entrada después, con ambos equipos vaciando las bancas y repartiendo empellones y puñetazos.
10 días de plazo
Domingo Álvarez, gerente general del circuito, advirtió que no basta con la voluntad de aplicar amonestaciones inmediatamente. La directiva liguera está obligada a seguir un reglamento acordado por todas las partes antes del inicio del torneo.
La normativa da hasta 10 días de plazo a los equipos para argumentar la defensa de los jugadores sujetos a castigo. Los clubes normalmente agotan ese tiempo para demorar lo más posible la amonestación.
Existe la voluntad en el despacho de El Recreo de dar a conocer una reacción inmediata y ejemplarizante lo antes posible, de acuerdo con algunas fuentes consultadas. Pero incluso tras agotarse los 10 días de los que dispone la defensa, a los sancionados les quedará todavía la posibilidad de apelar la decisión.
La revisión de esa apelación sí pudiera ser expedita. Pero la suma de los lapsos permitirá que los protagonistas de la violencia puedan disputar las semifinales antes de recibir una pena definitivamente firme, de acuerdo con la normativa.
La LVBP no solamente evalúa lo sucedido con los peloteros y técnicos. También tiene bajo análisis la actuación de los umpires, para precisar si manejaron de manera incorrecta el episodio.
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