Con vítores, bailes y lágrimas los sudafricanos en su país y en todo el mundo celebraron la victoria de los Springboks en la Copa Mundial de Rugby celebrada en Japón y que ganaron contra Inglaterra por 32-12.
“Estoy emocionado, fue un partido fantástico. No tenía dudas para nada, aunque sabía que ambos equipos iban a estar muy igualados. Fue un partido impresionante”, declaró a Efe Michael van Olphen en un bar de Johannesburgo donde se aglomeró la gente vistiendo las camisetas de los Springboks.
Esta victoria sitúa a Sudáfrica en el primer puesto en número de Copas Mundiales de Rugby ganadas, junto a los All Blacks, la selección de rugby de Nueva Zelanda, con tres mundiales ganados por cada uno de estos equipos.
Una de las primeras personas en felicitar al equipo públicamente fue el presidente sudafricano, Cyril Ramaphosa, que tuiteó “¡Somos los campeones!”.
Ramaphosa levantó, junto con el capitán del equipo Siya Kolisi, la Copa Webb Ellis, al igual que lo hicieron en su día los expresidentes Nelson Mandela, en 1995 y Thabo Mbeki, en 2007.
“Ganamos el mundial en el 95, doce años después el de 2007 y ahora, doce años después, el de 2019. Es como si estuviera predeterminado, pero también es histórico porque se ve más diverso y unido al equipo”, declaró a Efe Roxanne Fordyce.
Y añadió mientras celebrara en un bar de Johannesburgo. “Es un equipo que está uniendo a todo el mundo lo que hace de hoy un día muy especial”.
Este trofeo no llegó a Sudáfrica en un buen momento, con una economía en recesión o la violencia xenófoba que han sufrido las personas de otros países africanos en los últimos meses, por lo que ha sido una inyección de moral y de unidad para el país.
Fordyce asegura que está “muy emocionada, muy feliz” y “muy orgullosa de ser sudafricana”.
“Sobre todo por los problemas que está pasando Sudáfrica en este momento, los problemas políticos, el crimen (…), el deporte es algo que une al país”, aseguró esta ciudadana.
Es la primera vez que un capitán de raza negra levanta la Copa del Mundo de Rugby para Sudáfrica, un país en el que este deporte es un símbolo de unión desde 1995, año en el que ganaron su primer mundial y Mandela se puso la camiseta de los Springboks, un equipo y deporte que históricamente sólo jugaban los blancos y opresores.
“Como en el 95 este mundial nos ha juntado de nuevo. Estamos un poco más juntos de nuevo. Y nuestro primer capitán negro realmente es genial”, asegura van Olphen.
En este torneo los Springboks tomaron ventaja sobre los ingleses, con quienes coincidieron por segunda vez en una final de la Copa Mundial, a base de penaltis en la primera mitad, y lograron mantenerla y ampliarla en el segundo tiempo gracias a dos ensayos.
Históricamente, los Springboks llevan ventaja sobre Inglaterra en cuanto al número de copas mundiales logradas pues, a pesar de que Inglaterra sea el país en el que se inventó este deporte, sólo ganó un torneo a diferencia de los tres que ya ha ganado el país africano.
Cada vez que Sudáfrica ha llegado a la final la ha ganado y hoy volvió a ocurrir.