En la historia de la NBA, ningún equipo ha remontado jamás un 0-3 en los playoff. Sin embargo, esa apelación a un milagro inédito es lo único que le queda a Los Angeles Lakers, que perdieron este sábado ante los Denver Nuggets y que ahora están obligados a ganar cuatro encuentros seguidos para estar en las Finales de la NBA (108-119).
Jamal Murray y Nikola Jokic dejaron a un paso del precipicio a los Lakers y, en cambio, colocaron a los Nuggets a un solo triunfo de alcanzar las primeras Finales de la NBA de su historia.
El dúo estelar de Denver se alternó para impulsar a su equipo en este triunfo crucial en Los Ángeles ante unos Lakers hasta hoy invictos en su cancha en las eliminatorias.
Murray deslumbró con 30 puntos en la primera parte pero redujo sus prestaciones tras el descanso hasta acabar con 37 tantos, 7 rebotes y 6 asistencias; mientras que Jokic solo metió 9 puntos en los tres primeros periodos, con muchos problemas de faltas, pero brilló en el último con 15 tantos para terminar con 24 puntos, 6 rebotes y 8 asistencias.
Kentavious Caldwell-Pope (17 puntos), Bruce Brown (15 puntos) y Michael Porter Jr. (14 puntos, 10 rebotes y 6 asistencias) también resultaron fundamentales en unos Nuggets tremendamente equilibrados y con unos nervios a prueba de bombas.
Anthony Davis (28 puntos y 18 rebotes), LeBron James (23 puntos, 7 rebotes y 12 asistencias) y Austin Reaves (23 puntos y 7 rebotes) encabezaron a unos Lakers que sufrieron en los triples (10 de 32 para los locales, 17 de 41 para los visitantes) y en los que D’Angelo Russell tuvo una actuación para el olvido (3 puntos con 1 de 8 en tiros).
Los de púrpura y oro deberán ganar sí o sí el cuarto partido en casa para mantener vivo el quimérico sueño de la remontada (149-0 histórico en la NBA en las series con 3-0).
Entre los famosos como Jack Nicholson o Denzel Washington que se dejaron ver en las gradas destacó el español Pau Gasol, que recibió una gran ovación de los fans angelinos.
Murray imparable
Como si se hubiera teletransportado desde el segundo partido, en el que metió 23 puntos en un último cuarto memorable, Murray arrancó con el mismo fuego anotador.
Así, el base acertó sus cinco primeros tiros y llegó a 11 puntos en seis minutos demoledores.
Se esperaba una versión muy intensa y agresiva de los Lakers desde el principio, pero su puesta en escena decepcionó ampliamente y solo Davis y LeBron (14 puntos entre ambos) sumaron en un ataque espantoso (7 de 23 en tiros en el primer cuarto).
En cambio, Murray firmó un comienzo magnífico (17 puntos con un enorme 8 de 10 en intentos a canasta) y espoleó a unos Nuggets que hicieron todo lo que quisieron con unos Lakers mustios en defensa.
Lo peor para los locales no fue el resultado antes del segundo cuarto (20-32) sino que Denver había abierto hueco pese a que Jokic no había anotado ni un solo punto.
No pareció casualidad que los Lakers, con un parcial de 10-4, encontraran oxígeno justo cuando Murray estaba en el banquillo.
Poco les duró la alegría: en cuanto Murray regresó a la pista, clavó tres triples seguidos sin importarle nada qué defensor tenía delante (41-51 con 5.27 para el descanso).
La cruz para los visitantes fue la muy discreta primera parte de Jokic, con solo 5 puntos, con escasa incidencia en el juego y que además cometió su tercera falta antes del intermedio.
Los Lakers jamás hallaron antídoto para un Murray espectacular con 30 puntos en la primera parte, pero sí encontraron oro con Davis y LeBron atacando la pintura y, sobre todo, con un Reaves fabuloso (15 puntos en el segundo cuarto) para marcharse al vestuario con sus opciones de triunfo intactas (55-58).
Jokic despierta
La velada se torció aún más para el extrañamente desubicado Jokic cuando, en una jugada dudosa sobre Davis, cometió su cuarta falta todavía con 7.24 en el reloj en el tercer cuarto.
Murray se apagó de repente y no anotó en ese periodo así que, con Jokic en el banquillo, parecía el momento perfecto para que los Lakers tomaran las riendas del partido.
No lo consiguieron pese a que Davis era el amo de la pintura y LeBron metió dos triples seguidos ya que Caldwell-Pope y Porter Jr., tirando de casta, sellaron cinco triples entre ambos para que los Nuggets aterrizaran en el último cuarto todavía por delante (82-84).
De vuelta tras su destierro, Jokic hizo pagar muy caro a los Lakers que no hubieran explotado su ausencia.
El serbio encontró por fin el camino al aro (15 puntos en el último cuarto) y también actuó como imán para dejar solos a sus compañeros en el perímetro, que no temblaron nada para triturar a los Lakers a base de triples.
Con todo ello, Denver bordó un brutal parcial de 0-13 que le dejó con +12 a menos de cinco minutos del final del partido, que noqueó a los Lakers y que situó a los Nuggets a solo una victoria de las primeras Finales de su historia.