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Los hijos de la diáspora venezolana visten la camiseta de la Vinotinto

Los migrantes anhelan ver a Venezuela, el único país de Suramérica que jamás ha jugado la Copa del Mundo, romper ese pasado
Por AFP
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Nacieron en el extranjero o partieron siendo niños junto con sus familias, en medio de la ola migratoria provocada por una asfixiante crisis, pero hoy lucen la camiseta de la Vinotinto: la selección de fútbol apuesta por los hijos de la diáspora venezolana.

«Te abren las puertas para el futuro», comenta a la AFP uno de estos chamos, el mediocampista Nicola Profeta, quien a los 18 años de edad ha entrado en las últimas dos convocatorias del seleccionador de Venezuela, el argentino Fernando «Bocha» Batista, en la clasificatoria hacia el Mundial de 2026.

«Me siento orgulloso y, lo más importante, contento de representar a Venezuela», agregó en una entrevista luego de un entrenamiento con el filial Sub-20 de su club, el Santos brasileño, antes de viajar para incorporarse a la concentración vinotinto.

Nacido en Lechería, en el costero estado Anzoátegui, Profeta era un niño cuando dejó su país natal en 2017, en el pico de una crisis económica que según Naciones Unidas llevó a casi 8 millones de venezolanos a migrar, en un momento de hiperinflación, aguda escasez de alimentos básicos con largas filas en supermercados y multitudinarias protestas.

«Era cola, cola y cola. Son recuerdos que te quedan marcados de por vida», dice en referencia a las circunstancias en las que se fue con su padre, su madre y sus dos hermanos a la vecina Colombia. Allí se formó en las categorías base del Deportivo Cali.

Profeta estuvo en las selecciones Sub-15 y Sub-17 de Colombia, en las que fue capitán, antes de elegir a Venezuela para jugar el Mundial Sub-17 del año pasado en Indonesia. Tiene triple nacionalidad: venezolana, colombiana e italiana.

«Agradezco a Colombia por la oportunidad que me dio, pero Venezuela es mi país», remarca.

Torre de Babel

Yiandro Raap (PSV Eindhoven, Países Bajos), Alessandro Milani y Lorenzo D’Agostini (Lazio, Italia), Daniele Quieto (Inter de Milán, Italia) y Víctor Fung (Inter Miami, Estados Unidos), todos nacidos en el extranjero, integran el llamado de Venezuela para enfrentar a Argentina y Paraguay, el jueves 10 y el martes 15 de octubre, en la clasificatoria mundialista.

Foto: Nelson Almeida / AFP

Figuran también Leenhan Romero (Universidad Católica, Chile) y Luis Balbo (Fiorentina, Italia), nacidos en Venezuela, pero formados como futbolistas en el exterior, así como Profeta.

Esta Torre de Babel no es casual. La Federación Venezolana de Fútbol refuerza su trabajo de captación de talentos.

«Estamos haciendo seguimiento a 530 jugadores fuera de Venezuela» que «están dentro de los parámetros que exigen los cuerpos técnicos nacionales», explicó Luis Ángel Sánchez, jefe de scouting de la FVF.

Son 200 en Colombia, donde viven 2,8 millones de venezolanos de acuerdo con la ONU.

«Me parece perfecto porque como yo hay millones», dice Profeta sobre esta apuesta por promesas en el exterior.

A veces «es muy gracioso (comunicarnos) porque hay unos que no hablan español, sino que hablan solo italiano o solo inglés, pero todos somos venezolanos y todos merecemos la misma oportunidad», continúa.

No toda caza de talento sale bien: Batista citó a Alejandro Gomes (Olympique de Lyon) para los encuentros de Venezuela en septiembre contra Bolivia y Uruguay, pero el delantero de 16 años de edad prefirió priorizar un llamado de la Sub-18 de Inglaterra.

«Se les da valor»

Las carreras de estos muchachos apenas empiezan, con muy contados partidos con el primer equipo de sus clubes, así que sus tempranos llamados buscan que se vayan incorporando poco a poco, sin presionarles, a la dinámica de la selección mayor.

Muchos han cumplido o cumplen procesos como juveniles con Venezuela: Raap, Balbo y Romero jugaron junto con Profeta el Mundial Sub-17 bajo el mando de otro técnico argentino, Ricardo Valiño, quien trabaja muy de cerca con Batista y hoy está al frente de la Sub-20.

«El amor que siento por este país es indescriptible», publicó en Instagram en camino a ese torneo Raap, de padre curazoleño y madre venezolana, y quien fue internacional Sub-15 con Países Bajos. El mensaje en inglés acompañaba una foto suya con la camiseta de la Vinotinto mientras tomaba el escudo.

«Sienten que se les acompaña» y «se les da valor», sostiene Sánchez.

Las convocatorias son una oportunidad de lujo para compartir entrenamientos con referentes como Tomás Rincón o Salomón Rondón.

«Uno se acuerda cuando los veía en televisión de pequeño y ahora están ahí con uno», manifiesta Profeta, que coincide en el Santos con Rincón. «Él me guía».

La meta: ver a Venezuela, único país de Suramérica que jamás ha jugado la Copa del Mundo, romper con ese pasado.

«Quiero clasificar para el Mundial. Ese es el sueño de todo venezolano», remata Profeta.

 

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