Los futbolistas de las competiciones profesionales de Inglaterra y Gales pidieron este lunes consecuencias reales, más coherentes y significativas contra el racismo. La solicitud ocurre después del episodio sufrido por el centrocampista del Coventry City FC este fin de semana en Championship, la Segunda División inglesa. Su petición la hicieron por medio de un comunicado de la Asociación de Futbolistas Profesionales (PFA por sus siglas en inglés).
«Animamos a los jugadores a que, cuando sean conscientes de un abuso racial, tomen el control de la situación retrasando las reanudaciones. Una interrupción del juego, por larga que sea, obliga a reaccionar. Crea una ventana para alertar a los árbitros y ofrece la mejor oportunidad de identificar a los responsables. Sin embargo, sin acción, los protocolos son inútiles», valoró el sindicato en redes sociales.
En palabras del presidente de la entidad, Omar Beckles, los deportistas solicitaron consecuencias reales, coherentes y significativas contra el racismo en los estadios de fútbol. Las pidieron tanto para los individuos que son responsables como para los clubes que no logran controlar el problema. «La realidad es que los jugadores no creen que esto esté ocurriendo», sostuvo.
Más enérgicas
Este fin de semana Palmer vio como un aficionado, en el encuentro entre su equipo y el Sheffield Wednesday en Hillsborough, se dirigió hacia él desde la grada con un gesto racista. El partido se detuvo durante varios minutos mientras se decidía cómo reaccionar. Ambos conjuntos pidieron tras el partido las medidas más enérgicas posibles para castigar la actitud del seguidor.
«La responsabilidad de lo que suceda a continuación recae en las autoridades. Kasey Palmer merece que lo elogien por su comportamiento ejemplar y su respuesta mesurada en una situación extremadamente difícil», analizó el sindicato. En el texto se recordó que los responsables de este incidente se grabaron, y deben identificarse, para enfrentarse a cargos penales.