Diego Maradona murió por una insuficiencia cardíaca aguda, congestiva y crónica, que le generó un edema agudo de pulmón, según el resultado preliminar de la autopsia a la que accedió La Nación.
Esa es la conclusión a la que llegaron este miércoles en la noche media docena de médicos forenses oficiales y un perito de parte de la familia, quienes realizaron la autopsia al cadáver de Diego Maradona en el hospital de San Fernando para determinar cuáles fueron las causas de la muerte del ídolo.
El dato más saliente fue la presencia del médico que fue nombrado por la familia para fiscalizar de cerca del procedimiento, que comenzó pasadas las 7:30 pm y se extendió hasta pasadas las 10:30 pm.
En el momento en el que se realizaban estos estudios, en los alrededores del hospital, los fanáticos cantaban al grito de «el que no salta es un inglés» como si Maradona recién hubiera entrado a la cancha.
La Justicia y la familia del Diez quieren saber la causa de la muerte del futbolista que fue capitán del seleccionado cuando la Argentina se coronó campeona en el Mundial de México ’86.
Por tal motivo, el Ministerio Público de San Isidro convocó a cinco forenses para que realicen la autopsia. Participaron de la necropsia, el director del Cuerpo Médico Forense de San Isidro, Federico Corasaniti, su colega del Departamento Judicial San Martín, el director de la División Policía Científica de la policía bonaerense y otros dos forenses del cuerpo de Medicina Legal de los Tribunales de San Isidro. A estos cinco forenses oficiales se le sumó un sexto médico, que fue designado por la familia.
El estudio -que se realizó para determinar las causas de la muerte- se completará con análisis toxicológicos que precisarán dentro de una semana si existió ingesta de medicamentos, drogas prohibidas o alcohol.
A partir de la revisión de la casa situada en el lote 45 del barrio privado San Andrés de Tigre, en la que vivía Maradona, los investigadores policiales y judiciales descartaron la posibilidad de que el director técnico de Gimnasia y Esgrima La Plata hubiera sufrido una muerte violenta.
En este sentido, John Broyard, jefe de los fiscales de San Isidro, dijo que no había indicios de violencia ni de criminalidad en torno a la muerte del astro futbolístico.
Los forenses lo revisaron en su casa y determinaron a las 4:00 pm que la muerte se había producido a las 12:00 del mediodía, cuatro horas antes. Este horario coincidió con el momento en que un grupo de efectivos de la policía bonaerense llegó a la casa en respuesta a un llamado al número de emergencias 911.
Las diligencias fueron supervisadas por el Procurador General de la provincia Julio Conte Grand.
Los fiscales se presentaron en el Barrio Privado San Andrés, ubicado en Benavidez. De los testimonios recogidos se concluyó que la última persona que vio a Maradona con vida fue su sobrino, el día martes 24 de noviembre a las 11:00 pm. En ese momento, además de su sobrino, en la casa estaban su asistente, un empleado contratado para su seguridad física, una enfermera y una cocinera.
A las 11:30 am del miércoles, llegaron el psicólogo y la psiquiatra personal de Maradona, quienes ingresaron a la habitación. Le hablaron, pero Diego Armando Maradona, que aparentaba estar dormido, no respondía.
Entonces, llamaron al sobrino y al asistente, que intentaron despertarlo. Al no detectar signos vitales, llamaron a la enfermera y a la psiquiatra, quienes le realizan maniobras de recuperación cardiopulmonar, pero no tuvieron éxito.
Ahí fue que llamaron a ambulancias de distintas empresas y en ese interregno pidieron, a la guardia del barrio, que los asista un medico. Acudió un cirujano vecino del barrio. Llegó y continuó con las tareas de reanimación. Luego, se hicieron presentes las ambulancias a cargo del medico clínico de la prestadora. Prosiguieron con las maniobras y aplicaron ampollas de adrenalina y atropina, hasta que constataron finalmente la muerte de Maradona.
Fuentes de la investigación indicaron que la autopsia estableció la causa de la muerte. Se hizo para determinar o descartar si el fallecimiento fue el resultado de una posible mala praxis, luego de la internación que sufrió días atrás cuando fue sometido a una operación craneana por un hematoma subdural.
La Justicia de San Isidro investiga las circunstancias de la muerte de Diego Maradona. Por eso, la fiscal de Benavidez Laura Capra, a cargo del expediente, coordinó con la familia la realización de la necropsia.
Los fiscales John Broyad, Patricio Ferrari y Cosme Iribarren, también intervienen en la investigación y tomaron declaraciones testimoniales a las personas que estuvieron en el lugar donde murió. Según reconstruyó La Nación a partir de fuentes judiciales, declararon su enfermero, vecinos del lugar y personal de seguridad.
Este tipo de investigaciones se inician de manera protocolar cada vez que ocurre una muerte fuera de un hospital y no hay un médico en el lugar para establecer con certeza las causales. Fuentes de la investigación, sin embargo, dijeron a este medio estar convencidos de que no se trató de una muerte violenta.
De todos modos, personal de atención a la víctima, un equipo de psicólogos y asistencia tutelar también se dirigieron al lugar.
Sumado a esto, el miércoles por la tarde, varios equipos de la Policía Científica ingresaron al country San Andrés y trabajaron durante varias horas en la casa donde vivía Maradona desde el 12 de noviembre último, cuando fue dado de alta de la Clínica de Olivos, tras ser sometido a una operación por una hematoma subdural.
Maradona se descompensó y sufrió un paro cardíaco, pero no resistió y no pudo ser reanimado por los médicos y enfermeros de las nueve ambulancias que intentaron asistirlo.