La final de la Supercopa de Europa ya tiene dueño. Este miércoles el Liverpool FC se coronó campeón europeo al derrotar en penales (5-4) al Chelsea.
El compromiso se inició de forma muy disputada y solo la atajada de Keppa a Salah en el minuto 16’ y el disparo al travesaño por Pedro al 22’ fueron las jugadas más destacas en esos primeros minutos.
Oliver Giroud abrió el marcador al 36’ de la primera mitad, tras una gran maniobra de Kante y Pulisic partiendo del mediocampo. El dominio azul continuó y así se fueron al descanso los dos equipos.
Una vez iniciado la segunda mitad del compromiso, el Liverpool igualó la pizarra con un tanto de Mané al minuto 48’, lo que generó un envión de los dirigidos por Kloop.
El 1-1 continuó y ambas escuadras abrieron paso a la prórroga. Mané, al 95’, dio el primer golpe al Chelsea con su anotación. Cinco minutos más tarde, Jorginho empató el encuentro y los penales fueron la única opción para definir al campeón.
San Miguel consumó el milagro. Probablemente el brasileño Alisson hubiese sido la elección en el arco de Klopp. Pero la lesión del guardameta le dio lugar al suplente Adrián San Miguel, que fue el héroe cuando atajó el último penal a Tammy Abraham para darle el título al conjunto rojo.