La venezolana Liliana Mujica esperó casi tres años para demostrar su poderío frente al arco, una espera que está por terminar con el comienzo de la Copa Libertadores de Fútbol Sala. El torneo comenzará este sábado en Bolivia, y allí, la goleadora llevará la expectativa de anotar goles para el país.
Era noviembre de 2019 cuando su equipo, el club Acción Deportiva del estado Portuguesa, ganó el campeonato nacional. Con ello, las apuestas se centraron en Mujica, luego de una temporada en la que traspasó las barreras enemigas del fútbol sala en 31 ocasiones.
La joven de 22 años de edad fue entonces, por segunda ocasión consecutiva, la máxima goleadora de la liga local. Título que no se dejó arrebatar pese a una lesión que la mantuvo fuera de las canchas durante tres partidos.
Ahora, cuando el torneo de clubes americanos está por arrancar, luego de dos años detenido, Liliana Mujica está lista para volver al fútbol sala. La joven está lista para convertirse en la amenaza habitual que representa para sus adversarias, desde su posición como central.
La estudiante de Educación lleva una década marcando «muchos goles» desde que se dio a conocer en su pueblo. Allí aprendió a jugar en una «cancha diminuta», dijo a Efe Víctor Moreno, gerente deportivo de su club.
La 10 del Acción Deportiva, dice, creció en un asentamiento campesino y desarrolló sus dotes para el fútbol sala en una zona del país que no se caracteriza por seguir o practicar este deporte. Sin embargo, insiste, ella ha encontrado en el futsal su pasión.
Éxitos y coraje
Los méritos de Mujica han sido descritos también en la web de su club, donde destacan además el «coraje, la gallardía y mucha alegría» con que la universitaria asume sus partidos, sin dejar de mencionar «una pegada letal al momento de encarar el arco».
Ella y sus compañeras, todas provenientes de familias con escasos recursos económicos, son llamadas «estrellas béticas», un guiño de los propietarios del equipo a familiares radicados en España, e hinchas del Betis de Sevilla, que han apoyado el desarrollo de las chicas en el país.
Así, con el verde y blanco de las béticas, Liliana Mujica viaja este viernes a Bolivia llena de emoción hacia una cita que podría consagrarla. Allí podría dar satisfacciones al creciente fútbol femenino venezolano que, en el último quinquenio como nunca, ha ido sumando estrellas.