En Maracay saben que es importante el paquete de tres peloteros enviado a Barquisimeto este martes, en un cambio que involucró a seis jugadores en total. Pero para los Tigres era necesario, a fin de conseguir lo que buscaban: ayuda para el lineup y la rotación, que puede estar disponible tan pronto como en octubre.
“En los cambios, para recibir algo bueno, hay que dar algo bueno”, advirtió Jorge Urribarrí, apelando a un viejo axioma beisbolero. “Y estamos apostando al presente”.
Urribarrí es miembro de la gerencia deportiva de Aragua y un activo comprador en el mercado de canjes peloteriles desde hace décadas. Sabe de lo que habla cuando saca a colación la conocida frase.
“Tomamos a un jugador de todos los días, Wilson García, entregando (al Cardenales) a un relevista bueno, que demostró en esta última temporada que puede ayudar a cualquier equipo”, evaluó el ejecutivo. “Estamos apostando al presente y entregando futuro”.
Admitió Urribarrí que la pérdida del receptor Gabriel Moreno y el lanzador Máximo Castillo supo mal en predios de los Tigres. Pero asume que fue un mal necesario para reforzar áreas importantes.
“Cardenales agarró buenas piezas, jóvenes, además de uno de los mejores relevistas del país. Nosotros agarramos un buen bateador para esta liga, un pitcher que nos puede dar muchos innings y un muchacho que puede jugar en los tres sectores del jardín”.
El serpentinero es David Martínez, que estará en la rotación a partir de la próxima ronda eliminatoria. El patrullero es Anthony Jiménez, ex prospecto de los propios felinos, que regresa sin haber cumplido todavía todo lo que de él se prometía.
“Es joven, ha tenido altas y bajas, pero creo que esa juventud le va a ayudar”, indicó Urribarrí sobre Jiménez, que al firmar era visto como alguien con todas las herramientas.
Los Tigres sufrieron por falta de abridores y maderos de peso en la zafra 2019-2020.