Cardenales montó su fiesta viniendo de atrás / Foto Prensa Cardenales

“Esto se trabajó desde noviembre, desde el comienzo de la temporada”. La frase del manager de Cardenales de Lara, Luis Ugueto, resume y explica el carácter de los bicampeones del beisbol venezolano.

Cardenales, el equipo que este lunes celebró con su público la conquista de su sexta corona en la LVBP, cerró el torneo con otra remontada, con otra victoria ante un rival difícil y muy bregador.

Hoy celebra con su fanaticada el derecho de asistir en nombre de Venezuela a la próxima Serie del Caribe.

“Desde el comienzo se les dijo a los muchachos que el beisbol da oportunidades, que tenían que estar preparados para aprovecharlas”, relató Ugueto.

El timonel trató de explicar el espíritu de lucha de sus dirigidos, que una y otra vez en la postemporada repitieron el guion de replicar cada golpe recibido de sus oponentes.

“Aunque estuvieran en la banca, aunque no estuvieran jugando, tenían que estar listos para cuando les llegara esa oportunidad”.

El piloto es ejemplo de sus huestes. Nunca dirigió escuadra alguna antes de asumir las riendas de Cardenales en octubre, poco antes de empezar la justa.

Tuvo a su mando a varios sobrevivientes de la justa anterior, ganada igualmente por los pájaros rojos, pero también a una importación totalmente renovada y peloteros criollos que llegaron de Italia, de Chile, de Bélgica, de Colombia, hasta de Austria. En la nómina faltaban ligamenoristas y bigleaguers debido al veto de la MLB.

Con esa mezcla en el roster, Ugueto condujo exitosamente a los suyos en la ronda eliminatoria y después en la acción decisiva de enero, pasando por encima de Navegantes, Águilas y Caribes. Completó la faena ante una tribu que obligó a la disputa de siete juegos en la final, que ganaba la serie tres juegos por dos y mandaba en el último encuentro por dos carreras de ventaja, cuando faltaban apenas diez outs para terminar.

Lara tuvo el mejor pitcheo de la 2019-2020, un bateo que siempre respondió y, sobre todo, el corazón necesario para repetir las remontadas, un carácter que le debe mucho a su debutante estratega. Aunque el ex infielder todavía no sabe si este es el camino que desea continuar.

“Ser manager nunca fue mi sueño”, confesó. “Aunque uno le va tomando el gusto a la cosa”.

El triunfo de Cardenales sobre la tribu en el tope decisivo desató el jolgorio, el griterío de las 17.791 personas que pagaron entradas, récord de asistencia en el campeonato.

“Es increíble”, suspiró Ricardo Gómez, que salvó dos juegos en la final. “No puedo expresar con palabras la alegría y la satisfacción que siento. Mis respetos a Caribes. Nos ganaron hace dos años aquí mismo y deseaba con todo poder ganarles nosotros esta vez”.

Para Osman Marval resultó “muy intenso”. Fue el mejor bate de los crepusculares desde la tercera semana de la eliminatoria y lo ratificó en la final.

Marval es uno de esos que llegaron debido al veto de MLB.

“Estoy muy contento de haber podido ayudar”, señaló. “Fue increíble cómo todos los muchachos ayudaron a conseguir esta victoria”.

Josmar Cordero, héroe en la remontada en Barquisimeto, también se declaró “sin palabras”. En julio no tenía lugar en la liga, luego de algunos intentos de consolidarse con los propios pájaros rojos, pero volvió en grande para ser protagonista siempre que fue llamado desde la banca.

“Cuando fui a batear en el octavo inning”, relató Cordero sobre el hit con que empató la pizarra, “pensé que si (la reacción) no era allí, tal vez no sería tampoco en el noveno. Iba a haber mucha más presión. Así que me concentré para conseguir el batazo y gracias a Dios, salió”.

“He ganado campeonatos antes, pero nunca ante una afición así”, soltó el cubano Yordanys Linares.

Linares recibió más votos como el Jugador Más Valioso de la serie. “Es una fanaticada muy competitiva. Esta victoria se la debemos a ella”.

Para Francisco Arcia, uno de los líderes en la conquista del torneo anterior, la clave fue profundizar el espíritu de aquella divisa y hacerlo aún más característico.

“Esto se juega con el corazón”, atizó Arcia, feliz. “Con la unión que tenemos allá adentro, con la fuerza que tiene ese clubhouse, era muy difícil que nos pudieran ganar”.


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