Los Tiburones de La Guaira tuvieron una vergonzosa despedida este jueves, al caer por cuarta vez en la semifinal del beisbol venezolano. Luego de ser amarrados por el pitcheo de Caribes de Anzoátegui, que se alzó como el primer equipo finalista del campeonato, se confirmaron las tensiones internas reveladas en los últimos días y Renny Osuna, recién proclamado Manager del Año, se convirtió en un ominoso símbolo de la eliminación.
Osuna lidió con la indisposición de algunos jugadores en la cueva durante el duelo con la tribu. Versiones de prensa apuntaron desde el martes a los veteranos ex grandeligas Alberto González y Héctor Sánchez como los líderes del descontento. Sus acciones en el segundo choque, el último disputado en esta campaña en el estadio Universitario, expusieron las grietas existentes en el dugout.
El vaso se colmó y derramó durante el cuarto duelo del lance, disputado en el parque Chico Carrasquel. Como sucedió desde el lunes, los lanzadores de ambos clubes marcaron pauta. Pero la defensa traicionó a los litoralenses. Tres carreras sucias perjudicaron a Félix Doubront, el as llegado como refuerzo de los Navegantes del Magallanes. Luego de que los salados empataron a cuatro en la parte alta del séptimo inning, un boleto con las bases llenas al dominicano Denis Phipps en la baja de ese episodio volvió a darle la delantera a los dueños de casa.
Triste epílogo para La Guaira
La inminencia de la despedida desató lo peor de los Tiburones. Versiones de prensa acusaron al slugger Daniel Mayora de enfrentarse con periodistas que cubrían la acción. Las cámaras de TV captaron cómo Osuna escupía al umpire principal Carlos Leal, mientras discutía con él, y también expusieron una pelea que sostuvo con el receptor Luis Villegas, un episodio de empujones que siguió en el pasillo que conduce hacia el clubhouse, fuera de la toma y aparentemente con posible intercambio de golpes.
El propio estratega de La Guaira inició el vaporón, al caminar directamente hacia Villegas, encararlo y decirle algo mientras le apuntaba con un dedo. El catcher reaccionó de inmediato, acometiendo al timonel.
Mientras Jackson Melián, dirigente de Caribes, rompía a llorar en entrevista con DirecTV, al dedicar a sus fallecidos padres el logro de Anzoátegui, Osuna y los suyos salían por la puerta trasera de un campeonato que dominaron en la fase regular y en el que llegaron a ser considerados favoritos, antes de quedar impotentes frente al pitcheo contrario y resquebrajarse desde adentro.