Los Tiburones de La Guaira y los Tigres de Aragua pactaron este jueves el primer cambio de peloteros desde que esta semana se reabrió el mercado en la LVBP, un plazo que comenzó apenas terminó la final del campeonato 2019-2020.
El veterano infielder Alberto González fue enviado por los salados a los felinos, que cedieron, por su parte, al receptor ligamenorista Sebastián Rivero.
González fue uno de los peloteros involucrados en protestas, peleas y versiones sobre falta de disciplina en la cueva de los escualos, un problema que generó crisis en los playoffs, en los últimos dos juegos de la serie contra los Leones del Caracas y luego en la semifinal frente a Caribes de Anzoátegui.
El antesalista zuliano, con pasado de grandeliga, fue captado por las cámaras de la televisión haciendo gestos hacia el manager Renny Osuna cuando, aparentemente, protestaba por una decisión del piloto al ordenar un bateador emergente por Edgar Durán.
González vive con maletas hechas
Es la quinta vez en su carrera de 15 campeonatos que a González lo cambian de organización.
En un principio defendió a Pastora de Los Llanos y a Bravos de Margarita, y luego fue cedido a los propios Tiburones, a los Tigres, a las Águilas del Zulia y de nuevo a los del Litoral.
González bateó para .327/.392/.396 en 40 juegos, con 26 anotadas y 23 empujadas.
Rivero, por su parte, es un catcher de 21 años de edad, nacido en Maracay. No ha debutado en la LVBP y pertenece a los Reales de Kansas City.
En 2019 ligó para .216/.273/.280 entre Clase A avanzada y Triple A, aunque tiene mejores registros -de por vida- con .250/.291/.345 en el balance global de cuatro zafras.
La principal virtud de Rivero parece ser la defensiva. De hecho, ha mejorado su tasa de éxito al poner out a los corredores rivales, pasando de 29% en 2017 a 35% en 2018 y, finalmente, a 40% en esta última ocasión, una cifra de élite.
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