Llegan tres horas antes, pintan las tribunas del color de su país con sus camisetas y arman una rumba que estremece la solemnidad de los estadios en Estados Unidos, cuyos ciudadanos no aparecen mucho. Los migrantes son el corazón de la Copa América 2024.
Los colombianos tiñeron de amarillo el NRG Stadium de Texas para el debut de su selección, los peruanos llenaron de rojo y blanco el Children’s Mercy Park de Kansas. Los venezolanos y su vinotinto colmaron el graderío del Sofi Stadium de California y los mexicanos, que casi juegan de locales en Estados Unidos, también toman los estadios.
«Miles de compatriotas que han llegado me dicen: yo vengo de Florida, que yo vengo de Nueva York, de Atlanta, de todos lados. Todo lo que une un partido de fútbol», cuenta Alejandro Quintero, de 48 años de edad, un colombiano que vive desde hace tres años en Carolina del Norte.
«Aunque uno está por acá en el exilio (…) este tipo de eventos nos ayudan a tener esperanza», detalla Alejandro, quien pidió asilo en Estados Unidos por problemas de seguridad en su país.
Latinos en EE UU
Estados Unidos, anfitrión de esta copa que agrupa a 10 equipos de la Conmebol y 6 de la Concacaf, enfrenta y ha enfrentado olas migratorias en las últimas décadas, principalmente desde América Latina. Quienes llegaron hace muchos años tienen hijos nacidos en este territorio que suelen conservar sus tradiciones.
«Vivo hace dos años en Houston. Nosotros como latinoamericanos le ponemos más emoción a los partidos de la Copa América», considera Álex Angulo, de 39 años, colombiano, quien radica en EE UU con su esposa y dos hijos.
La población de origen latino en Estados Unidos superaba los 63 millones de personas en 2022, según cifras oficiales (19% del total nacional). Su poder adquisitivo crece a una mayor velocidad que la de otras comunidades, detalla un reporte de la ONG Latino Donor Collaborative.
De acuerdo con un estudio de la UCLA difundido el año pasado, si los latinos en EE UU fuesen un país aparte, su PIB sería el quinto mayor del mundo, por encima de Reino Unido o Francia.
Estadio, fiesta, comida
En los exteriores del Children’s Mercy Park de Kansas City, los peruanos ofrecieron su famosa gastronomía, con la que aliviaron el alma tras quedar con un pie fuera del torneo.
La peruana Lourdes Pino llegó a Estados Unidos en 2014, «buscando una oportunidad para crecer y prosperar». Vive en Charlotte, Carolina del Norte, y viajó tanto a Arlington, Texas, como a Kansas City para sufrir al lado de la blanquirroja.
«Tener a la selección acá ha sido una de las emociones más grandes, he pospuesto mi trabajo, mis cosas», cuenta Lourdes, quien trabaja en construcción.
«En portugués tenemos una palabra, saudade, que es una mezcla de nostalgia y amor» y es lo que siente al ver a su selección, admite el brasileño Luiz Gustavo, de 30 años de edad, quien llegó a EE UU hace dos años y asistió al juego de la verdeamarela contra Costa Rica en California.
¿Y los locales?
Si bien los estadounidenses acuden al estadio a apoyar a su selección, el fanatismo por el fútbol recién va en crecimiento.
«Le falta mucho, se necesita que crezca la MLS, Major Soccer League porque los grandes jugadores siguen en Europa, allí están los mayores contratos», considera Alex Beliz, estadounidense fanático del fútbol, quien observó el partido inaugural de la Copa América (Argentina-Canadá) desde un bar en Los Ángeles, California, donde reside.
César Vidrio, cerrajero mexicano de 51 años de edad, lleva la mitad de su vida en Estados Unidos. «El fútbol estadounidense no tiene mucha afición, como la que tiene el fútbol latino, donde la gente cree mucho más en su selección», comentó.
Para Jorge Ortiz, costarricense que vive en Fontana, California, «los latinos efervescemos más por el fútbol». Celebra que se hayan elegido estadios más accesibles para los migrantes.
Motor latino
«El crecimiento de la afición en los últimos años ha sido increíble y sin paralelo en la historia del fútbol de este país. Esto tiene mucho que ver con la comunidad latina, que apoya el fútbol como parte de su cultura», cuenta a la AFP el director deportivo de la MLS, Alfonso Mondelo.
«Por lo menos una tercera parte de los fanáticos en los estadios son de origen latino. Y ese ambiente de fiesta, de diversión, el fanático estadounidense lo ve y también quiere ser parte», comentó.
Mondelo consideró que el fútbol femenino de Estados Unidos, con campeonas olímpicas y mundiales, también apoyó el crecimiento de los fanáticos.
Lionel Messi, el astro argentino que hoy juega en el Inter Miami también ha impulsado el crecimiento. «Muchos niños en el futuro van a engancharse al fútbol y van a querer ser Messi», explicó Mondelo.
Para el fanático Beliz, Messi trasciende las fronteras del deporte, es como Michael Jordan. Quizás lo que el fútbol de este país necesita es un Messi estadounidense.