El exfutbolista Juan Román Riquelme será el próximo presidente de Boca Juniors, tras derrotar este domingo a la oposición encabezada por Andrés Ibarra y el expresidente argentino Mauricio Macri, en una elección multitudinaria realizada en el estadio La Bombonera, en Buenos Aires.
El opositor Ibarra aceptó la noche del domingo que «en función de la diferencia que tenemos ahora, es el número suficiente para reconocer que hemos perdido». Sus declaraciones las dio cuando ya se había escrutado cerca de 40% de las mesas. La fórmula Riquelme-Ameal obtenía más de 64% de los sufragios.
Riquelme, uno de los grandes ídolos de Boca Juniors, de 45 años y que es actualmente vicepresidente del club, asumirá en los próximos días como mandatario. Estará acompañado por Jorge Amor Ameal, que a su vez dejará de ser presidente para ahora desempeñar el rol de vice.
En una votación récord, 43.367 socios de Boca acudieron a pesar del fuerte temporal desatado en Buenos Aires, que no alteró los planes en La Bombonera. Allí se dispusieron tres amplias carpas en las que estaban las 288 urnas para sufragar.
El número de votantes convirtió a esta elección en la más concurrida para un club en Argentina y la segunda a nivel mundial. La primera acumuló 57.088 electores que acudieron a los comicios del FC Barcelona en 2010.
Riquelme había anticipado más temprano que «queremos que voten todos los socios. Vamos a ganar, no tengo dudas», aunque no pudo llegar a la diferencia de «95 a 5» con la que se había mostrado envalentonado hace unos días.
Críticas, bandos y suspensiones
Los comicios en Boca se realizaron después de varias semanas de duras críticas de ambos bandos y tras una suspensión de dos semanas a causa de una denuncia de la oposición en la cantidad de votantes habilitados. Por ello, la justicia dispuso que unos 13.000 socios debían votar en mesas apartadas, aunque ese número fue luego innecesario en el recuento final.
«La Cámara (de Casación) dio su veredicto y se pudo votar. Las carpas (para votar) son una maravilla. Esto fue una fiesta», destacó Riquelme antes de conocer su victoria.
A la oposición no le alcanzó con el antecedente de los 12 años de gestión de Macri como presidente de Boca (1995-2007), coincidente con el ciclo más exitoso del club. Tampoco con la promesa de construir una nueva Bombonera para 105.000 espectadores.
Macri, presidente de Argentina entre 2015 y 2019, contó con el apoyo de Martín Palermo, otro ídolo y máximo goleador histórico de Boca. Este sonaba además como candidato a nuevo director técnico; e incluso de Javier Milei, el flamante presidente de Argentina, que fue a votar a La Bombonera y terminó siendo abucheado.
Pero el propio Macri faltó a la cita, ya que viajó a Arabia Saudita, en su función de dirigente de la FIFA. Acudió para observar las instancias decisivas del Mundial de Clubes que se realiza en ese país.
De este modo, Riquelme, que ya tenía buena parte del poder como vicepresidente, asumirá la conducción de Boca Juniors por los próximos cuatro años. Tendrá la misión de mejorar la producción futbolística después de un 2023 pobre en resultados, aunque logró llegar a la final de la Copa Libertadores.
Sin embargo, la mala campaña en el torneo local lo dejó fuera de la edición de 2024 y Boca deberá apuntar a la Copa Suramericana. Este es un torneo claramente por debajo de la obsesión de conquistar la séptima Libertadores. Pasaron al menos 17 años desde la última corona, en 2007, cuando Riquelme fue justamente la gran figura de aquel equipo campeón.