Hace poco más de cuatro años, el 10 de octubre de 2017, Colombia celebraba su sexta clasificación a una Copa del Mundo, y la segunda consecutiva, después de hacer el mejor Mundial de su historia. Al mando de ambas cosas, del cupo directo y de la llegada hasta los cuartos de final de Brasil 2014, estaba el mismo responsable en el banco, el argentino José Néstor Pékerman.
Pasó mucha agua bajo el puente desde entonces: una Copa del Mundo no tan brillante como la de 2014, pero con un avance hasta segunda fase, en la que Inglaterra sacó a Colombia en desempate desde el punto penalti. Dos Copas América y 16 partidos de eliminatoria, con dos técnicos en momentos diferentes, Carlos Queiroz y Reinaldo Rueda.
Los caminos de Pékerman y Colombia se vuelven a cruzar este martes, ahora como rivales. Y si el argentino fue el responsable de dos clasificaciones, ahora tendrá el papel de juez de la aspiración de Rueda y su plantel. E incluso, podría convertirse en verdugo, ahora al mando de Venezuela.
Colombia debe ganar en Puerto Ordaz y esperar a que Perú no lo haga contra Paraguay en Lima. Y, como van las cosas, Pékerman y su plantel no van a hacer que las cosas sean fáciles.
Tras seis años y medio de una relación exitosa, los caminos de Colombia y Pékerman se separaron, y no en los mejores términos. En una rueda de prensa, el 4 de septiembre de 2018, el presidente de la Federación Colombiana de Fútbol, Ramón Jesurún, anunció la salida del DT, por “motivos personales”. Y agregó: «José Pékerman ha manifestado su decisión de retirarse de la Selección Colombia de mayores. Da por cumplido un ciclo que fue altamente exitoso».
La historia verdadera sobre José Pékerman
Sin embargo, esa historia tiene varios capítulos. El Tiempo la reconstruyó con varios directivos de la época en que se decidió la salida de Pékerman, varios de ellos aún vigentes en clubes profesionales y allegados al comité ejecutivo de la Federación. Todas las versiones coinciden: Jesurún y Álvaro González Alzate, segundo vicepresidente de la Federación y máximo jerarca de la rama aficionada, ya habían tomado la decisión de que no continuara, en pleno Mundial de Rusia.
El DT argentino, que no había dirigido ningún equipo hasta que lo contrató la Federación Venezolana de Fútbol, guardó silencio durante más de dos años. Hasta que en febrero de 2021 le concedió una entrevista a TNT Sports: “Hubo un poco de todo. Yo no tengo pruebas de que alguien hubiera intentado sacarme. Hay momentos en los que hay crisis y parece que nadie quiere agarrar nada. Pero también hay otros momentos en los que las cosas van bien, en que se ve que hay potencial y empiezan a aparecer otros deseos y otras situaciones. La competencia es así y, sobre todo, en todos los lugares siempre hay un deseo de lograr algo más”, declaró entonces.
Cabe recordar que, cuando llegó Pékerman a Colombia, en enero de 2012, el presidente de la Federación de Fútbol era Luis Bedoya, quien, de verdad, era el único interlocutor del DT en el comité ejecutivo. Bedoya renunció sorpresivamente al cargo en noviembre de 2015 y, poco después, se entregó a las autoridades de Estados Unidos, salpicado por el escándalo del ‘Fifagate’. En el que se descubrió que varios directivos del fútbol suramericano recibieron sobornos para favorecer a varias empresas para darles los derechos de televisión de las competencias de Conmebol.
Lo sacaron por Lezcano
Jesurún terminó la etapa que le correspondía a Bedoya y luego, en agosto de 2018, se posesionó para un nuevo periodo, con un respaldo casi unánime, que traía desde las asambleas de marzo de ese mismo año. Pero antes de eso, encontró una barrera con la que Pékerman quedó en la mira.
«La verdad es que Jesurún y González Alzate sacaron a Pékerman, y lo sacaron por Pascual Lezcano”, le dijo un directivo a El Tiempo. Lezcano era el empresario de Pékerman y cumplía con las funciones de un gerente deportivo en la Selección. Hoy, con la llegada de Pékerman a Venezuela, es el mánager general de todas las selecciones de ese país.
La decisión de que Pékerman no seguía, según varias fuentes directivas consultadas por este diario, se dio en pleno Mundial del 2018. “Eso estaba decidido desde que se eligió a ese nuevo comité ejecutivo, básicamente, por la influencia de Lezcano. Jesurún y González no soportaban que Pascual fuera el que imponía las pautas de logística, de concentración, de viajes, de hoteles y acceso al camerino y al acercamiento a los jugadores”, explicó un dirigente que habló con El Tiempo.
“Lezcano hizo ese grupo muy cerrado y eso les causaba gran molestia a los directivos. En especial a Jesurún y a González, que, fuera como fuera, pues eran los jefes. Ellos no entendían cómo un subalterno decidía la logística, las concentraciones, los viajes y les daba órdenes. Eso los mantenía muy molestos”, coincidió otro directivo aún vigente, en charla con este diario.
Derrota y ‘parlantes’
El partido que se perdió contra Inglaterra en el desempate por lanzamientos desde el punto penalti, en los octavos de final del Mundial de Rusia 2018, fue tomado como un pretexto por Jesurún y González para justificarles a la afición y la opinión pública la salida de José Pékerman.
«La eliminación del Mundial fue determinante: ellos encontraron la excusa para justificar la salida de Pékerman. Entonces, utilizaron a sus periodistas amigos, a sus ‘parlantes’ en los medios, como caja de resonancia para decir que había sido deshonrosa la manera en que había jugado Colombia. Jugando un pésimo fútbol, y que Pascual Lezcano se estaba enriqueciendo con convocatorias a la Selección”, contó uno de los directivos consultados.
Sin embargo, la reacción del público con respecto a la actuación de la Selección en Rusia y la popularidad de Pékerman en encuestas y sondeos hizo dudar a los directivos. “Lo que hicieron fue una pequeña pantomima. Al ver que Pékerman era muy querido, ellos alcanzaron a pensar en mantenerlo, pero sin Lezcano, que era su única y real piedra en el zapato. Y eso pues era una manera de obligar al ‘viejo’ (Pékerman) a no llegar a ningún acuerdo. Porque, que quede claro, Pékerman quería seguir”, contó una de las fuentes.
José Pékerman: una renuncia… ¿obligada?
En julio de ese 2018, los directivos les enviaron a Pékerman y su grupo la carta de requisito legal para anunciar el fin de su contrato. Sin embargo, después hubo un par de charlas entre el entrenador, Lezcano y los directivos. En ellas, Pékerman y Lezcano buscaban un acercamiento, finalmente fallido. “Los directivos asistieron para justificar la decisión que ya habían tomado meses atrás y poder decir que tenían la voluntad”, contó uno de los directivos al recordar ese episodio.
Además, cuando aún no se había decidido si se mantenía a Pékerman o si se nombraba un nuevo técnico, la Federación anunció partidos amistosos para el 7 y el 11 de septiembre de ese año, contra Argentina y Venezuela, ambos en Estados Unidos. Y nombraron un DT encargado: Arturo Reyes, ficha de Jesurún y, por ese entonces, técnico de la sub-20. Esos anuncios les cayeron muy mal a Pékerman y su entorno.
Finalmente, Reyes se quedó como encargado el resto del año y luego se integró al nuevo cuerpo técnico, encabezado por Carlos Queiroz. Pékerman ya era historia.
Sin embargo, los caminos de Pékerman, Jesurún, González, Lezcano y la Selección Colombia se vuelven a cruzar el martes, en Puerto Ordaz. Colombia urge resultados propios y ajenos para aspirar al repechaje de Qatar. Y Pékerman será su juez. Luego de clasificar a la Selección a dos Copas del Mundo, de dirigir al equipo en su mejor campaña mundialista de todos los tiempos en Brasil 2014, ahora podría ser su verdugo.
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