Con un rendimiento extraordinario en las últimas semanas, Nikola Jokic es la gran estrella de estos playoffs para los Denver Nuggets con permiso de Jimmy Butler de los Miami Heat. Pero ahora llega la hora de la verdad para el genio serbio, que tratará por todos los medios de conquistar el primer anillo para el equipo en toda su historia.
Sus dos MVP (2021 y 2022) son mérito suficiente como para considerar al pívot como uno de los mejores jugadores del mundo (si no el mejor en la actualidad).
Pero a Jokic le falta todavía algo en su exitoso paso por la NBA: un triunfo colectivo de los Denver Nuggets que acompañe sus logros individuales.
Tras ocho temporadas en la NBA, su mejor resultado con los Nuggets hasta este año era la final del Oeste de la burbuja de 2020 en la que cayeron ante los posteriormente campeones Los Angeles Lakers de LeBron James y Anthony Davis.
Esa derrota extendió aún más la racha perdedora de una franquicia que nunca antes había alcanzado las Finales de la NBA. El equipo logró disputar cuatro finales de conferencia (en tres de ellas, su verdugo fueron los Lakers), pero nunca ha alzado el título.
Jokic, valga la metáfora ya que es una apasionado de los caballos, tomó en este curso las riendas de los Denver Nuggets para acabar con la maldición de su equipo.
El pívot promedia en estos playoffs un impresionante triple-doble con 29,9 puntos, 13,3 rebotes y 10,3 asistencias por encuentro de la mano. Acumula 53,8% en tiros de campo y 47,4% en triples.
Por el camino en su búsqueda del anillo, Jokic ha tenido tiempo de batir el récord de triples-dobles en unas eliminatorias con ocho superando la marca de siete de Wilt Chamberlain en 1967.
Los fans de la NBA esperaban un cruce titánico en la pintura en la final del Oeste entre Jokic y Anthony Davis, pero el balcánico sometió al gigante de los Lakers con bastante sencillez.
Rumbo a las finales
Ahora le esperan en las Finales los rocosos Miami Heat con Bam Adebayo como sostén defensivo en el interior.
Pero todo parece asombrosamente fácil cuando Jokic toma el balón, ya sea encontrando caminos insospechados para asistir a sus compañeros. La estrella percute en la zona o se saca de la chistera triples imposibles.
Mike Malone, el técnico de Denver, es muy consciente de la gema que tiene en su plantilla con Jokic: un líder sereno pero firme. Un tipo discreto ante los medios y la opinión pública pero un portento arrollador en la cancha.
Por eso orquestó un equipo que orbita completamente en torno a Jokic con Jamal Murray como escudero de lujo. Incluye también especialistas defensivos como Kentavious Caldwell-Pope, el músculo de Aaron Gordon, las aportaciones efervescentes de Michael Porter Jr. o Bruce Brown Jr.
Aunque sobre todo, Malone adora a Jokic no solo por su excelencia en el baloncesto sino también por su calidad humana.
«Lo que me encanta de Nikola es que con todo su éxito, sus MVP, los contratos millonarios y todo eso, sigue siendo el mismo tipo. Me maravilla eso porque he estado en este deporte mucho tiempo. Eso es una rareza en este negocio», comentó Malone la semana pasada en una rueda de prensa.
«El hecho de que Nikola sea una persona humilde y altruista, que se preocupa por su hogar y por su familia, por sus caballos… Él es como es. Y no podría tener más respeto por él por eso», añadió.
No solo en Denver están muy pendientes de sus pasos ya que en Serbia tampoco pierden detalle de sus triunfos en la NBA.
«No creo que nadie pueda hacer lo que está haciendo en estos momentos», dijo el tenista Djokovic en una entrevista.
«Es el orgullo de Serbia, estamos muy orgullosos de él y esperamos que pueda ganar su primer anillo», cerró.
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