El mariscal de campo Joe Burrow culminó una temporada de ensueño tras ganar el premio Heisman de mejor jugador del fútbol universitario. Además, lideró a su equipo de los Tigers de LSU al título nacional de la NCAA al ganar por 42-25 a los Tigers de Clemson, número 3, en partido de campeonato.
Burrow lanzó cinco pases de touchdown, corrió para otro y acabó de gran protagonista en una de las temporadas más exitosas del fútbol universitario.
El mariscal de campo senior estableció nuevas marcas individuales, como lograr seis anotaciones durante el partido y 463 yardas por aire.
Burrow, de 23 años de edad, se convirtió en el primer mariscal de campo universitario importante en lanzar 60 pases de touchdown en una temporada cuando LSU (15-0) rompió la racha ganadora de 29 juegos del campeón nacional Clemson.
Burrow, hijo del exjugador de la NFL, Jim Burrow, también confirmó que es un deportista especial entre los especiales, que está ya más que listo para dar el salto al profesionalismo cuando en el próximo sorteo universitario, con toda seguridad sea elegido como el número uno.
Votos para el trofeo Heisman
Joe Burrow logró el mayor porcentaje de la historia del trofeo con 90,7% de los votos. A su vez, impuso el récord como el jugador con más pases de anotación en una temporada (59) y más TD totales en una temporada (64).
La otra cara de la moneda
Por primera vez en su carrera universitaria, el mariscal de campo estrella de Clemson, Trevor Lawrence, estaba en el equipo perdedor.
Lawrence completó 18 de 37 pases para 234 yardas sin ningún envío de anotación, que lo dejaron como la imagen perdedora del hasta esta noche invicto equipo de Clemson.
Por primera vez en su carrera colegial, Lawrence no era el protagonista de la noche, todo el protagonismo se lo llevó Burrow, quien completó 30 de 47 pases, con cinco envíos de anotación, sin intercepciones, además de ganar 58 yardas por tierra y cruzar también una vez la línea de protección de Clemson.