La fiscalía argentina, que investiga las circunstancias de la muerte en 2020 de Diego Maradona, tomó la declaración de Mariano Ariel Perroni, coordinador del equipo de enfermeros contratado para atender al exfutbolista durante su internación domiciliaria en las afueras de Buenos Aires.
Perroni, de 40 años de edad, es el tercero en declarar sobre el caso de Maradona luego de que lo hicieran los enfermeros Ricardo Almirón, el lunes, y Dahiana Madrid, el miércoles.
Al igual que sus dos subalternos y otros cuatro acusados, a Perroni lo investigan por supuesto homicidio simple con dolo eventual. El delito supone una pena de 8 a 25 años de prisión.
Ese cargo se aplica a una persona que no modifica su accionar determinado pese a tener elementos como para saber que puede tener un desenlace fatal.
Maradona, convertido en leyenda del fútbol mundial, murió el 25 de noviembre de 2020, a los 60 años de edad, por una crisis cardiorrespiratoria. El día de su muerte estaba solo en su cama convaleciendo de una neurocirugía y otras dolencias.
Los fiscales atribuyen a Perroni haber tenido pleno conocimiento de lo que se hacía y de lo que no. En especial del manejo de los enfermeros para con el paciente. También se le acusa de cambiar deliberadamente información en las planillas de atención. La información no se condecía con el real estado y atención médica que Diego Armando Maradona recibía.
También le atribuyen demostrar un comportamiento desinteresado e indiferente frente a la situación de emergencia.
La versión de Perroni
Al declarar como testigo en el inicio de la investigación, Perroni dijo que su función era meramente administrativa. Es decir, llevaba los registros de presentismo de los enfermeros de Maradona, solicitaba informes del cambio de guardia y otras cuestiones organizativas del personal.
Perroni entregaba esas planillas a Nancy Forlini (52), coordinadora del tratamiento por parte de la empresa Swiss Medical, también sospechosa y citada a declaración para el próximo lunes.
Esta semana, tanto Almirón como Madrid refirieron a los fiscales que la casa alquilada para la recuperación del capitán del equipo campeón mundial en México-1986 no contaba con los aparatos ni el equipamiento necesarios para atender a una persona con cardiopatías.
Además, dijeron que no se les advirtió de que Maradona sufría cardiopatías y se les había ordenado no despertarlo y no molestarlo.
Ambos apuntaron a la responsabilidad de los médicos tratantes, en alusión al neurocirujano Leopoldo Luque, la psiquiatra Agustina Cosachov y el psicólogo Carlos Dïaz. Ellos son los otros tres sospechosos por la muerte del ídolo histórico del Napoli de Italia que deben declarar también ante la fiscalía de San Isidro en audiencias previstas hasta el 28 de junio.