Tras un debut exitoso en el que logró ubicarse entre los 40 mejores beisbolistas de las Grandes Ligas por sus cifras como novato, Jackson Chourio se entrena para su segundo año con los Cerveceros sin pensar en las supersticiones. Y es que en el beisbol existe la creencia de una presunta “maldición” que afecta a los más destacados en su segundo año en Las Mayores.
Jackson Chouiro no piensa en eso. Está concentrado en lograr varias marcas este año después de una temporada en la que quedó como finalista al premio Novato del Año. “Es temprano ahora, pero tengo algunos objetivos y estoy trabajando duro para alcanzarlos. Tengo algunas estadísticas que quiero alcanzar”, declaró para el Milwauke Journal Sentinel durante los entrenamientos de primavera.
Con la ayuda del entrenador Nestor Corredor, el venezolano, de 20 años de edad, logró convertirse en el jugador más joven de la historia en conectar 20 jonrones y robar 20 bases en su debut. En 148 juegos Chourio bateó .275 con 21 jonrones y tuvo 79 carreras impulsadas con un OPS de .791 y 22 bases robadas.
Con los Cerveceros, el joven tiene un contrato récord de ocho años por 82 millones de dólares. En el trato tiene opciones para 2032 y 2033 que podrían convertirse en 10 años y 132 millones de dólares. “Voy a estar en silencio durante toda la temporada. Tendrán que verlo”, dijo Chourio. En la zafra llevó su juego a otro nivel cuando los Cerveceros más lo necesitaban y bateó .310 con un OPS de .914 en la segunda mitad.
The Crew was ready @Brewers photo day:
Jackson Chourio
William Contreras
— MLB (@MLB) February 24, 2025
“Simplemente disfruto el momento. Sé lo que puedo hacer y simplemente salgo a jugar. Lo crean o no, los ajustes que hice después de los primeros meses fueron difíciles”, dijo cuando se le preguntó sobre su temporada de novato. “La segunda mitad fue genial y me siento muy orgulloso de eso”, añadió.
Ahora, Jackson Chourio buscará mantener el impulso para emular a Ronald Acuña Jr. y Gleyber Torres, cotizados prospectos, al igual que él, que no creyeron en la maldición del segundo año. “Nunca intenté demostrarle nada a nadie. Solo traté de disfrutar el juego. Tengo la confianza de que soy capaz de hacerlo. Trabajé duro y, sin importar lo que me pidieran, traté de hacerlo lo mejor posible”, señaló.
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