Los hinchas de Real Madrid y Borussia Dortmund pusieron color y banda sonora con sus cánticos a las calles del centro de Londres, donde sus equipos disputan este sábado a las 19:00 GMT la final de la Liga de Campeones.
En un ambiente distendido entre las hinchadas, camisetas amarillas y blancas se entremezclaban en la capital británica, con hinchas españoles y alemanes incluso bromeando entre sí a pesar de la barrera, a veces insuperable, del idioma.
«¡Es para el Madrid, es para el Madrid!», gritaba uno de los hinchas veteranos aficionado del club blanco, de nombre Ángel en su camiseta, mientras tiraba sin mucha fuerza del asa de una réplica en plástico del trofeo de la Liga de Campeones que tenían en sus manos dos aficionados del club alemán, que le respondían con una sonrisa.
La escena tenía lugar en Piccadilly Circus, uno de los lugares principales de reunión de los aficionados.
En Trafalgar Square, donde la UEFA organizó un recinto cerrado («Champions Festival»), los aficionados podían posar por ejemplo con falsas cabinas de teléfono rojas al más puro estilo londinense, adornadas con los escudos de ambos equipos.
En los alrededores del estadio, la presencia policial desde varias horas antes del partido era muy visible.
Después de las imágenes de caos que se vivieron en el propio Wembley antes de la final de la Eurocopa en 2021 y sobre todo en París en la final de la Liga de Campeones de 2022, la última que ganó el Real Madrid, los organizadores se tomaron este evento como un reto organizativo y un examen de cara a Eurocopa de 2028, donde el estadio más mítico del fútbol inglés será el escenario de la final.
Decimoquinta o segunda
La batalla de los decibelios la ganó en muchos casos la hinchada del Dortmund, especialmente entusiasta frente a unos madridistas ya más acostumbrados a vivir las horas previas de una gran final.
La historia habla por sí sola: el Real Madrid es el rey de la competición con sus 14 títulos, cinco de ellos logrados en la última década, mientras que el Borussia Dortmund solo tiene uno en su palmarés, conseguido hace 27 años.
«Es el rival definitivo, no hay nada más grande en la Champions League que el Real Madrid, por sus títulos y por su historia», admitió el viernes Nico Schlotterbeck, uno de los jefes de la defensa de los alemanes.
El Dortmund prefiere llegar con perfil bajo a la final, la tercera de su historia en la Champions. Ganó la primera, en 1997 ante la Juventus, y perdió la segunda en 2013 contra el Bayern de Múnich, precisamente en el mismo estadio londinense del partido de este sábado.
Si bien el Real Madrid es una presencia habitual en las finales, pocos contaban con el Dortmund en el inicio del curso, sobre todo después de haber perdido en sus últimas temporadas a sus estrellas Erling Haaland, que se fue al Manchester City a mediados de 2022, y Jude Bellingham, que hace casi un año se unió precisamente al Real Madrid.
Ancelotti, con cautela
Aunque en Alemania su rendimiento ha sido discreto y no ha podido pelear por el título, en Europa el equipo de Edin Terzic ha sorprendido, derribando al Atlético de Madrid en cuartos y, sobre todo, al París Saint-Germain de Kylian Mbappé en semifinales.
El Real Madrid también llegó a la final con víctimas ilustres en su trayectoria, especialmente el Manchester City, defensor del título, al que superó en la tanda de penales en cuartos de final.
En semifinales, los españoles eliminaron a otro histórico, el Bayern de Múnich, con una remontada épica en los últimos instantes.
«Una final es una final, el partido más importante y el más peligroso a la vez. Hay que disfrutarlo, pero también tenemos la preocupación de que algo puede salir mal», dijo el viernes el entrenador del Real Madrid, Carlo Ancelotti, que no incluyó sorpresas en su once de la final.
El italiano, que en el pasado ganó la Champions dos veces con jugador y cuatro como entrenador, inició su primera etapa en el Real Madrid en 2013, sucediendo en el banquillo a José Mourinho, el hombre precisamente cuyo rostro ocupa la lona de uno de los edificios situados enfrente del estadio de Wembley, en una publicidad de la aerolínea Turkish Airlines.
Los hinchas del Real Madrid se divertían tomándose fotos con él y también con un cartón a tamaño natural de Toni Kroos, el emblemático jugador alemán que disputa el sábado su último partido en el fútbol de clubes, antes de afrontar su última aventura antes de la retirada con Alemania en la Eurocopa.
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