El Tottenham se resarció de la inesperada derrota (1-0) que encajó en la última jornada ante el Amberes belga, en Liga Europa, con un cómodo triunfo (1-3) en su visita al campo del Ludogorets búlgaro, en un choque en el que el delantero Harry Kane volvió a ser fundamental.
El internacional inglés festejó su partido 300 en todas las competiciones con el conjunto londinense con un gol y una asistencia, que encarrilaron el triunfo de los spurs.
Escarmentado por lo ocurrido hace una semana en Amberes, en un choque en el que como aseguró Jose Mourinho «hubiera cambiado a los once jugadores al descanso», el portugués se dejó de probaturas y alineó un potente equipo encabezado por el propio Kane, el galés Gareth Bale y el brasileño Lucas Moura.
Una tripleta que fue decisiva en los dos primeros tantos del Tottenham. Lucas Moura botó el córner que permitió a Kane abrir el marcador (0-1) a los ingleses a los 13 minutos, el propio Moura se encargó de establecer en el 33 el 0-2 al culminar una jugada enhebrada entre Bale y Kane.
Renta con la que Mourinho pareció dar por concluida la contienda, como dejó claro al sustituir a Harry Kane al descanso por el brasileño Carlos Vinicius.
El cambio pareció no sentar nada bien al Tottenham, que pareció complicarse la contienda con el gol del rumano Claudiu Keseru, que acortó distancias para los locales (1-2) a los 50 minutos.
Agobios con los que se encargó de acabar el argentino Giovani Lo Celso, que estableció en el minuto 62 el definitivo 1-3 al culminar una jugada del surcoreano Heung-Min Son.