Hasta su nutrida tribu familiar se convirtió en la atracción de la tribuna. Cristiano Ronaldo disfrutó de una tarde de generosidad y amor en Dortmund, regalando un gol a Bruno Fernandes y abrazando a un niño que saltó para sacarse un selfie, lo que provocó un peligroso ‘efecto llamada’.
Estaba destinada a ser la imagen del partido. En la segunda parte, con 3-0 para el equipo luso, un niño de apenas diez años saltó al terreno de juego y sorteó agentes de seguridad hasta llegar a los brazos del ídolo, sonriente y presto.
Se sacaron un ‘selfie’ y los 62.000 espectadores, la gran mayoría turcos, aplaudieron el bonito gesto.
Pero el ‘efecto llamada’ fue fatal. Hasta otros tres chicos, más talluditos, lo intentaron hasta el pitido final con un CR7 enfadado por las continuas interrupciones y las grietas en la seguridad.
El público había pasado a abuchear a los que invadían el césped.
El brillo del monumento de 39 años, la persona del mundo con más seguidores en Instagram (632 millones), había deslumbrado en una caldera turca de 62.000 personas fascinadas por tenerlo a unos metros. Los cientos de ‘chalecos amarillos’ encargados de vigilar las gradas no daban abasto.
Una vez finalizado el partido, un grupo de agentes tuvo que rodear al cinco veces Balón de Oro porque otros hinchas saltaron.
Roberto Martínez, el seleccionador portugués, pidió manejar con más cuidado estas situaciones.
«Hoy las intenciones eran buenas, pero hay que entender que es un momento muy complicado si las intenciones son malas. Los jugadores están expuestos y tenemos que tener cuidado», dijo. «Probablemente, tengamos que emitir un mensaje a los fans para decir que no es lo correcto», propuso.
AFP
‘¡Es un gran ejemplo!’, dicen sobre Cristiano Ronaldo
En el césped, Ronaldo lideró junto a Pepe -80 años entre ambos- a un equipo portugués superior al turco. Sin acierto en un par de lanzamientos, la labor del 7 fue fijar a los defensas y ofrecer espacios a sus compañeros de ataque.
Hasta que una grieta en la zaga otomana le dejó solo ante el arquero Altay Bayindir pero miró a un lado y regaló el gol a Bruno Fernandes, que empujó el balón a puerta vacía (58).
«Creo que vimos algo muy especial hoy. Un gran goleador que tiene un uno contra uno con el portero y busca una asistencia. ¡Es un gran ejemplo! Debería enseñarse en las academias de Portugal, mostrar ese altruismo», dijo Martínez.
«¡Cristiano Ronaldo, Cristiano Ronaldo!», reaccionó entonces el fondo reservado a la hinchada lusa para agradecer el gesto a su leyenda.
El jugador del Al-Nassr, 130 goles en 209 partidos como internacional, se quedó sin marcar y Turquía no será, por el momento, la 48ª selección que tiene un tanto con su firma.
Si hubiera cambiado el pase a Bruno por un sencillo disparo habría batido un par de marcas -goleador de más edad y en seis ediciones del torneo- pero prefirió compartir.
De rebote, otro récord, máximo asistente en la historia del torneo con siete pases decisivos. En su larga lista ya tenía el de más torneos disputados (6), máximo goleador (14), con tantos en cada una de sus cinco participaciones anteriores, o más partidos (27).
La Eurocopa es un torneo que siempre se le ha dado bien a Ronaldo, campeón en 2016. Clasificada para octavos, Portugal ya ha dado el primer paso para jugar la final del 14 de julio.