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Venezuela está a un paso de hacer historia

El combinado nacional llegó a la gran final tras haber ganado cinco de sus seis partidos. Ahora, el estadio Mundialista de Suwon, será el escenario en donde la Vinotinto se enfrentará con al conjunto ingles

 

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Desde que Venezuela disputó su primer partido del Mundial sub-20 en Corea del Sur el mensaje de todos los muchachos tenía una frase en común: “la meta es ser campeones del mundo”, y lo que para la fecha parecía una locura del momento, mañana puede hacerse realidad cuando se enfrenten en la final con Inglaterra.

El camino no fue fácil. En el primer partido del grupo B, la Vinotinto se enfrentó contra una selección alemana que partía como el rival más complicado. Sin embargo, con goles de Ronaldo Peña y Sergio Córdova, goleador de Venezuela, lograron doblegar (2-0) al conjunto teutón.  Su siguiente partido fue contra la desconocida Vanuatu, que sufrió las consecuencias y fue sacudida (7-0), siendo esta la mayor goleada del Mundial. México fue el último rival del grupo y de nueva cuenta Córdova anotó el tanto de la victoria.

“Estoy muy satisfecho por el rendimiento del equipo, cada día estoy más consciente de su crecimiento, cada día se reconocen dentro de la cancha como un equipo mejor y la ilusión con la que juegan es muy grande”, comentó el DT Rafael Dudamel tras clasificar a los octavos de final.

En siguiente ronda el rival fue Japón, que llegó como tercera del grupo D, por detrás de Uruguay e Italia. Por momentos, el equipo nipón puso en aprietos a la defensa venezolana y fue necesaria la prórroga para ganar el partido con un gol de Yangel Herrera en el minuto 108.

Estados Unidos, sería la siguiente víctima. Tras unos trabados 90 minutos, la Vinotinto necesitó de los alargues para llevarse la victoria (2-1) con tantos de Adalberto Peñaranda y Nahuel Ferraresi.

Pero hubo sufrimiento en los anteriores partidos, lo que se vivió en semifinales fue agónico. La selección comenzó con la pizarra en contra tras un riguroso penal decretado por los árbitros del video. Sin embargo, el temple de Samuel Sosa (en el gol del empate) y la frialdad de Wuilker Fariñez (en la tanda de penales) hicieron soñar a todo un país con alcanzar la gloria.  

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