Con una delantera de temer, una muralla defensiva y un mediocampo que va de menos a más, Uruguay tiene motivos para soñar en Rusia. Pero Cristiano Ronaldo tiene otros planes y un error de los suramericanos podría ser suficiente para decir adiós.
Ronaldo, João Mario y compañía saldrán agazapados y con el reto de quebrar la barrera defensiva del equipo uruguayo, lo que Egipto, Arabia Saudita y Rusia no consiguieron.
«Va a ser un partido equilibrado, somos dos equipos que se equiparan con fuerza como potencial y se va a definir por detalles», advirtió el volante Matías Vecino.
El vencedor pasará a cuartos de final y se enfrentará con el ganador entre Argentina y Francia.
Si CR7, Edinson Cavani y Luis Suárez están en la zona, el duelo puede transformarse en un espectáculo excelso. Más allá de los nombres, ambos equipos tienen dos bancos técnicos fuertes que apuestan a que la táctica saque brillo a sus figuras y frene al rival.
Fernando Santos llevó a la gloria a Portugal con la Copa de Europa 2016 y Oscar Tabárez suma más de 12 años consecutivos al frente de la celeste, 4 mundiales, una corona en la Copa Américade Argentina 2011 y un cuarto puesto en Suráfrica 2010.
Pero Rusia ha demostrado ser un hueso duro de roer para la élite del fútbol. El campeón mundial Alemania duró un suspiro y otras potencias como Argentina pasaron con lo justo.
Capitaneados por Diego Godín y el experimentado Fernando Muslera en el arco, los charrúas son el único equipo en Rusia que aún no recibió goles. El centro del campo uruguayo es el único sector del equipo que no se recita de memoria y aún queda mucho por mejorar.
Con delanteros temibles en el campo, las jugadas de pelota quieta y las salidas rápidas serán un suplicio para ambas defensas. Uruguay suma 5 tantos, al igual que Portugal, que tiene 4 de Cristiano.
Cada tiro libre cerca del área provocará peligro, al igual que las corridas de João Mario, Cavani y todo aquél que encuentre una grieta defensiva. ¿Y si hay penales?
«Esperemos que no lleguemos a eso y podamos resolver el partido antes», fueron los deseos de Coates. En los arcos, Muslera y Rui Patricio se frotan las manos.